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3 de septiembre de 2025 a las 03:05
Delicias picosas: Chiles en nogada imperdibles en CDMX
La historia del chile en nogada, envuelta en un halo de romanticismo patriótico, nos transporta a un México recién independizado, donde las monjas agustinas de Puebla, con manos delicadas y corazones henchidos de orgullo, crearon un plato que simbolizaba la esperanza de una nueva nación. El verde del chile poblano, cual fértiles campos extendiéndose bajo un cielo prometedor; el blanco de la nogada, emulando la pureza de los ideales independentistas; y el rojo de la granada, como gotas de sangre derramada por los héroes que forjaron la libertad. Una obra maestra culinaria nacida del fervor patriótico y la creatividad conventual.
Sin embargo, más allá de la leyenda, se asoma una realidad más terrenal, pero no menos fascinante. El chile en nogada, como un fiel reflejo de la generosidad de la tierra mexicana, es un plato de temporada. Su esplendor coincide con la época en que la nuez de Castilla alcanza su punto óptimo de madurez, las granadas exhiben sus brillantes rubíes y las frutas de temporada, ingredientes esenciales del relleno, ofrecen su dulzor y aroma inigualables. Esta conjunción de sabores, unida a la carne especiada que completa la sinfonía gustativa, lo convierte en un manjar efímero que se disfruta con la avidez de quien sabe que el placer es fugaz.
Lejos de la solemnidad de los grandes restaurantes, las cantinas, esos refugios de la tradición y la convivencia, se han convertido en guardianes de la auténtica receta del chile en nogada. En sus mesas, bajo la cálida luz de las lámparas, se celebra la amistad y se comparte el sabor de la patria. Olvídese de la idea de que disfrutar de este plato implica un desembolso exorbitante. En las cantinas, el chile en nogada se presenta sin pretensiones, con la honestidad de una receta transmitida de generación en generación, ofreciendo una experiencia gastronómica accesible para todos.
Imagine degustar un chile en nogada con la majestuosa vista del Monumento a la Revolución como telón de fondo. Arango Cantina, con su terraza privilegiada, le ofrece esta experiencia única. Reserve con anticipación, pues el deleite de un buen chile en nogada con una vista inigualable es un secreto a voces. Y si busca una opción que no defraude, donde la tradición y el buen sazón se combinan con una atmósfera relajada, las cantinas son la elección perfecta. Un lugar donde el chile en nogada se disfruta con la misma intensidad que una buena conversación y la compañía de amigos.
No importa si se inclina por la versión romántica o la práctica, lo cierto es que el chile en nogada, ya sea en un restaurante de renombre o en una cantina tradicional, es un plato que nos conecta con la historia, la cultura y la riqueza gastronómica de México. Un bocado que nos recuerda que la verdadera esencia de un país se encuentra en sus sabores, en sus tradiciones y en la alegría de compartir la mesa.
Fuente: El Heraldo de México