La incertidumbre que rodea a la herencia es una sombra que se cierne sobre muchas familias mexicanas. ¿Qué pasará con el fruto de años de trabajo? ¿Se convertirá en motivo de disputas y divisiones en lugar de un legado de bienestar? La campaña "Septiembre, mes del testamento", impulsada por la Secretaría de Gobernación, busca disipar estas dudas y promover la paz familiar a través de la certeza jurídica.

La secretaria Rosa Icela Rodríguez, en su apretada agenda – que incluyó una reunión con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y compromisos en el Colegio Militar – se dio el tiempo para resaltar la importancia de este trámite. No es un mero papeleo, sino un acto de amor y responsabilidad hacia nuestros seres queridos. Un testamento bien hecho no solo distribuye bienes, sino que previene conflictos y preserva la unidad familiar. Imaginen la angustia de una familia que, en lugar de afrontar el duelo con serenidad, debe lidiar con la incertidumbre y las disputas legales. El testamento es una herramienta para evitar ese dolor.

El acceso al testamento se ha simplificado gracias a la colaboración entre el gobierno y el Colegio Nacional del Notariado Mexicano. Durante septiembre, los notarios reducen sus honorarios y ofrecen asesoría gratuita, extendiendo incluso sus horarios de atención para facilitar el trámite a las personas trabajadoras. Basta con ser mayor de edad (la edad exacta varía según el estado), presentar una identificación oficial y expresar la voluntad ante un notario. Este profesional, investido de la fe pública del Estado, se encarga de dar validez legal al documento.

El Registro Nacional de Avisos de Testamento, con más de siete millones y medio de registros, da cuenta del impacto de esta campaña a lo largo de los años. Casi la mitad de estos registros se realizan durante el "Septiembre, mes del testamento", demostrando la efectividad de esta iniciativa y la creciente conciencia de la población sobre la importancia de planificar su sucesión. Es un logro conjunto, una muestra de lo que se puede alcanzar cuando gobierno y sociedad civil trabajan de la mano.

No dejemos que la falta de previsión convierta un legado en un problema. El testamento es una inversión en tranquilidad, una forma de proteger a quienes amamos y asegurar que el fruto de nuestro esfuerzo se distribuya de acuerdo a nuestra voluntad. Informémonos, acudamos a un notario y demos este paso fundamental para asegurar la paz y el bienestar de nuestras familias. El futuro de quienes nos importan está en nuestras manos, y el testamento es una herramienta poderosa para construir ese futuro con solidez y armonía. No esperemos a que sea demasiado tarde. Septiembre es el mes ideal para tomar esta decisión, un acto de amor que trasciende nuestra propia existencia.