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3 de septiembre de 2025 a las 15:15

Adiós a la estrella que brilló junto a Lucero

La noticia de su partida resonó como un trueno en la industria del entretenimiento, dejando un vacío difícil de llenar. Mariana Karr, la actriz de la mirada cautivadora y el talento innegable, nos dejaba un domingo 31 de julio de 2016. Su corazón, que latió con la misma intensidad tanto para Argentina, su tierra natal, como para México, el país que la abrazó y donde construyó una carrera sólida y admirable, dejó de latir a los 66 años. Un paro respiratorio, repentino e inesperado, silenció para siempre esa voz que dio vida a tantas heroínas y villanas, a mujeres entrañables que quedaron grabadas en la memoria colectiva de varias generaciones.

Aunque su partida física fue un golpe duro, el recuerdo de su talento y su carisma permanece vivo. Desde sus inicios en Argentina, con películas junto a Palito Ortega como "Corazón Contento" y "Qué linda que es mi familia", Mariana demostró una versatilidad que la llevó a transitar por la comedia con la misma soltura que por el drama. Su participación en las comedias televisivas de Darío Vittori la consolidó como una figura querida por el público, una actriz capaz de conectar con la gente a través de la pantalla.

Sin embargo, fue México el país que la consagró como una estrella. Aquí, en tierras aztecas, encontró el escenario perfecto para desplegar todo su potencial. Televisa se convirtió en su segundo hogar, y telenovelas como "La Madrastra", "Alborada", "Pasión", "Qué Pobres Tan Ricos", "La Vecina" y "La Mujer del Vendaval", entre muchas otras, la transformaron en un rostro familiar en los hogares mexicanos. Cada noche, millones de personas se sentaban frente al televisor para verla interpretar personajes que, con el tiempo, se convirtieron en parte del imaginario colectivo. Desde la malvada intrigante hasta la heroína sufrida, Mariana supo dotar a cada uno de sus personajes de una fuerza y una humanidad que los hacía inolvidables.

La noticia de su fallecimiento, confirmada por la Asociación Nacional de Intérpretes (ANDI), generó una ola de tristeza y conmoción. Las redes sociales se inundaron de mensajes de condolencias, recuerdos y anécdotas compartidas por colegas y admiradores. Figuras como Lucero, con quien compartió créditos en varias producciones, expresaron públicamente su dolor y destacaron la calidad humana de Mariana, su sonrisa siempre presente y la amistad que las unió. La fotografía que Lucero compartió en su cuenta de Twitter, donde ambas aparecen radiantes y felices, es un testimonio de la profunda conexión que existía entre ellas y de la huella imborrable que Mariana dejó en quienes tuvieron la fortuna de conocerla.

Más allá de los premios y reconocimientos, el verdadero legado de Mariana Karr reside en el cariño del público, en el respeto de sus colegas y en la memoria de quienes la vieron brillar en la pantalla. Su partida dejó un vacío en el mundo del espectáculo, pero su talento y su pasión por la actuación seguirán inspirando a nuevas generaciones de artistas. Su nombre, sin duda, permanecerá grabado en la historia de la televisión mexicana.

Fuente: El Heraldo de México