La furia de la naturaleza se desató la noche del 1 de septiembre en Tepic, dejando una estela de destrucción y dolor a su paso. Las incesantes lluvias, que por horas azotaron la ciudad, transformaron las calles en caudalosos ríos, inundando colonias y dejando a su paso una tragedia que ha conmocionado a la comunidad: la pérdida de una vida humana.

En la colonia Emiliano Zapata, el corazón de la tragedia, un hombre de entre 40 y 45 años fue arrebatado por la fuerza implacable de la corriente. La calle Morelos, entre Josefa Ortiz y Benito Juárez, se convirtió en el escenario de este lamentable suceso. Imaginen la escena: la oscuridad de la noche, el rugir del agua, y este hombre luchando contra una fuerza que lo superaba. Su cuerpo, finalmente, encontró un macabro reposo contra una camioneta estacionada, un testimonio silencioso de la potencia devastadora de la naturaleza.

Al llegar al lugar, los elementos de seguridad confirmaron lo que todos temían: el hombre ya no presentaba signos vitales. Una sábana azul, piadosamente extendida sobre su cuerpo, se convirtió en el símbolo de la pérdida y el dolor que ahora embarga a una familia y a toda una comunidad.

La escena, acordonada por las autoridades, mostraba también los estragos de la inundación. Una motocicleta Honda Cargo, yacía volcada en la intersección de Manuel Lozada y Morelos, inicialmente se pensó que pertenecía a la víctima, una imagen que acrecentaba la tragedia. Sin embargo, las investigaciones posteriores revelaron que la motocicleta se encontraba estacionada en el lugar y fue arrastrada por la impetuosa corriente. Vecinos solidarios, mostrando el espíritu de comunidad que florece en momentos de crisis, colocaron la motocicleta en la banqueta. Más tarde, su dueño, con alivio palpable, reclamó su vehículo.

Mientras tanto, los Bomberos de Nayarit y elementos de la Policía Estatal trabajaban incansablemente en la zona afectada, evaluando los daños y brindando apoyo a los damnificados. Sus rostros, curtidos por la experiencia, reflejaban la seriedad de la situación. La noche se convirtió en un escenario de luces intermitentes, sirenas y el constante murmullo de las conversaciones de quienes trabajaban contra reloj.

Ante la magnitud de los acontecimientos, las autoridades han hecho un llamado urgente a la población a extremar precauciones durante las lluvias. Evitar cruzar corrientes de agua, mantenerse alejados de postes y cables eléctricos, y estar atentos a los comunicados oficiales son medidas cruciales para salvaguardar la vida. La tragedia de la colonia Emiliano Zapata nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de la prevención ante la fuerza impredecible de la naturaleza. Que este doloroso suceso sirva como una llamada de atención para que, como comunidad, nos preparemos y protejamos ante las inclemencias del tiempo. La solidaridad, la prevención y la responsabilidad son nuestras mejores herramientas ante la furia de la naturaleza.