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3 de septiembre de 2025 a las 00:40
Tragedia: Cable suelto cobra la vida de adulta mayor y su mascota
La tragedia ocurrida el domingo 31 de agosto en Antofagasta ha conmocionado a la comunidad. Una mujer de 63 años y su fiel compañero canino perdieron la vida de forma instantánea al entrar en contacto con un cable eléctrico expuesto en la vía pública. El paseo matutino, una rutina que seguramente compartían con alegría, se transformó en una escena de profundo dolor. Imaginemos la tranquilidad de la mañana, quizás el sol comenzando a entibiar la ciudad, interrumpida brutalmente por la descarga eléctrica. Un recordatorio doloroso de la fragilidad de la vida y de cómo un instante puede cambiarlo todo.
La Brigada de Homicidios de Antofagasta, bajo la dirección del Ministerio Público, ha iniciado una exhaustiva investigación para esclarecer las circunstancias de este lamentable suceso. No se trata solo de determinar la causa inmediata de la muerte, que parece ser evidente, sino de desentrañar la cadena de eventos que condujo a la exposición del cable. ¿Hubo negligencia? ¿Fallaron los protocolos de seguridad? Estas son las preguntas que las autoridades buscan responder. El subprefecto Álvaro Astroza ha confirmado que se están recabando imágenes de cámaras de seguridad de la zona y se están tomando declaraciones a testigos presenciales. Cada detalle, por pequeño que parezca, puede ser crucial para reconstruir lo sucedido y determinar las responsabilidades.
La Compañía General de Electricidad (CGE) ha emitido un comunicado confirmando que el cable se encontraba en la vía pública debido a un accidente de tránsito previo que derribó un poste. Si bien han expresado sus condolencias y se han comprometido a colaborar con la investigación, surge la inevitable pregunta: ¿se tomaron las medidas necesarias para asegurar la zona tras el accidente? ¿Se señalizó adecuadamente el peligro? ¿Se actuó con la celeridad que una situación de este tipo exige? La investigación deberá determinar si hubo fallas en los protocolos de seguridad y si estas fallas contribuyeron a la tragedia.
Este caso nos recuerda la importancia de la seguridad en el espacio público. Los cables eléctricos expuestos representan un peligro latente, especialmente en zonas transitadas. Es fundamental que las empresas responsables del mantenimiento de la infraestructura eléctrica garanticen la seguridad de los ciudadanos, implementando medidas preventivas y actuando con rapidez ante cualquier eventualidad. La vida de esta mujer y de su mascota no puede haber sido en vano. Esperamos que este trágico suceso sirva como un llamado de atención para que se refuercen las medidas de seguridad y se eviten futuras tragedias. La comunidad de Antofagasta merece vivir en un entorno seguro, donde un simple paseo matutino no se convierta en una sentencia de muerte. Que la justicia actúe con celeridad y transparencia, y que las responsabilidades, si las hay, sean debidamente establecidas. Y sobre todo, que la memoria de esta víctima y su fiel compañero sirva para impulsar un cambio real en la gestión de la seguridad pública.
Fuente: El Heraldo de México