
2 de septiembre de 2025 a las 17:40
Mordisco de juego, no intento de asesinato: madre se defiende
La sombra de la tragedia se cierne sobre Berazategui. El caso de León Aquino, un bebé de tan solo un año de edad, ha conmocionado a la comunidad y mantiene en vilo a la opinión pública. Yesica Aquino y Roberto Fernández, sus padres, enfrentan un juicio por homicidio, acusados de torturar y finalmente acabar con la vida de su pequeño hijo. La sentencia, que se espera para esta semana, podría condenarlos a prisión perpetua. La tensión se palpa en el aire mientras el tribunal se prepara para dictar un veredicto que marcará un antes y un después en la vida de todos los involucrados.
Yesica, en su última comparecencia, admitió haber fallado como madre. Confesó su adicción al alcohol y un perturbador "juego" con su bebé que incluía mordiscos. Argumenta que nunca tuvo la intención de matar a León, que las mordidas, aunque a veces más fuertes de lo debido, eran parte de una interacción lúdica. "No busqué la muerte", declaró con voz temblorosa ante el juez, "si tomaba alcohol y lo mordí un poco más fuerte alguna vez, fue un simple juego, no fue un asesinato. No maté a mi hijo”. Unas palabras que resonaron en la sala del tribunal, dejando una estela de dudas e incredulidad. ¿Pudo una madre, bajo los efectos del alcohol, confundir un juego con la tortura? ¿Pudo la falta de control llevarla a cometer un acto tan atroz sin siquiera darse cuenta?
Por su parte, Roberto Fernández, el padre del pequeño León, se aferra a su inocencia. Insiste en que siempre trató bien a su hijo, negando rotundamente las acusaciones en su contra. Se describe a sí mismo como víctima de un malentendido, un hombre injustamente señalado como un monstruo. Su abogada, Mercedes Bussola, respalda su versión, argumentando que la fiscalía no ha presentado pruebas contundentes que demuestren su participación en el crimen. Señala la falta de evidencia que vincule directamente a Fernández con los pinchazos de aguja oxidada que, según la acusación, terminaron con la vida del bebé. Además, cuestiona el origen de los moretones en el cuerpo de León, sugiriendo que podrían ser resultado de intervenciones médicas y no de maltrato. La defensa busca sembrar la duda, planteando la posibilidad de un error en la investigación y la necesidad de una revisión exhaustiva de las pruebas.
La fiscalía, encabezada por María de los Ángeles Attarian Mena, presenta un panorama desgarrador. Describe las múltiples marcas encontradas en el frágil cuerpo de León: mordeduras, golpes de puño y, lo más escalofriante, pinchazos con una aguja oxidada de 2.5 centímetros que fue hallada en su espalda. Un relato que dibuja un escenario de horror, un calvario de sufrimiento para un ser indefenso. La fiscalía se apoya en la llamada al 911 realizada por la hermana de Yesica, quien denunció el maltrato al que era sometido León, así como en los testimonios de los hermanos menores del bebé, quienes presenciaron los abusos y vivían atemorizados. Un testimonio particularmente impactante relata cómo León era obligado a comer pan lleno de hormigas y cómo su chupón era utilizado para lastimarlo, introduciéndolo a la fuerza en su garganta. Estas revelaciones pintan un cuadro de crueldad sistemática, de un hogar convertido en un infierno para el pequeño León.
La fiscal Attarian Mena ha calificado los hechos como un "enlace armónico que exhibe el maltrato sistemático" ejercido por la pareja. La acumulación de pruebas, según la fiscalía, es irrefutable y demuestra la responsabilidad de ambos padres en la muerte de León. Por ello, solicita la pena máxima: prisión perpetua para Yesica Aquino como coautora de “homicidio calificado por el vínculo, alevosía y ensañamiento” y para Roberto Fernández por “homicidio calificado por alevosía y ensañamiento”. El destino de Yesica y Roberto está ahora en manos del tribunal. La sentencia, que se espera con gran expectación, determinará si la justicia prevalecerá para León, el pequeño ángel que perdió la vida en las manos de quienes debían protegerlo.
Fuente: El Heraldo de México