
2 de septiembre de 2025 a las 09:05
Experiencia como Juez
El camino de la justicia, una travesía desde el juzgado local hasta la Suprema Corte. Una experiencia que marca no solo una trayectoria profesional, sino una profunda reflexión sobre el significado de impartir justicia. El Ministro González Alcántara Carrancá nos comparte su perspectiva, un recorrido que inicia desde la base del sistema judicial, donde el contacto con la gente y sus problemas es directo, cara a cara con las dificultades que enfrentan al navegar por una maquinaria judicial a menudo compleja y desalentadora. En ese escenario, nace la convicción de escuchar, de asegurar que cada voz sea oída y que cada decisión esté fundamentada en la Constitución y el respeto irrestricto a los derechos humanos.
Ascender al máximo tribunal del país, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, representa no solo un honor, sino una responsabilidad aún mayor. La promesa de "guardar y hacer guardar la Constitución" se convierte en el motor diario, en el compromiso inquebrantable que guía cada acción. Dentro de la extinta Primera Sala y en el Pleno, el debate de ideas, la construcción colectiva de precedentes, se transforman en instrumentos para impactar positivamente en la vida de las personas y salvaguardar la vida institucional del país.
Más allá del reconocimiento personal, el Ministro González Alcántara Carrancá enfatiza la naturaleza colegiada de las decisiones. Cada sentencia es el resultado de un esfuerzo conjunto, de la suma de talentos y perspectivas de ministras, ministros y un equipo dedicado. Es un trabajo que trasciende la individualidad, que pertenece al Máximo Tribunal y cuyo objetivo final es la búsqueda de la justicia.
No se trata de buscar aplausos o elogios, ni de construir una reputación académica. La verdadera motivación reside en los justiciables, en las personas que buscan soluciones a sus conflictos, en la protección de sus derechos. Cada sentencia, aunque para algunos pueda parecer insuficiente, representa la búsqueda constante del mejor camino para las personas y para México.
El futuro depara nuevos caminos, nuevas sendas en la búsqueda de la justicia. Sin importar la dirección que cada uno tome, la exhortación es clara: entregar lo mejor de sí mismos por el país, contribuir al fortalecimiento de las instituciones, a la protección de los derechos humanos y a la construcción de un México más justo para todos. Una reflexión profunda que invita a la introspección y a la acción, un legado que trasciende los muros del tribunal y se convierte en un llamado a la responsabilidad individual y colectiva. Un recordatorio de que la justicia es un camino que se construye día a día, con dedicación, compromiso y la firme convicción de servir al país.
Fuente: El Heraldo de México