
2 de septiembre de 2025 a las 09:40
Domina tus impuestos como un halcón
La creciente tensión en la relación bilateral entre México y Estados Unidos se palpa en el ambiente. Más allá de los discursos oficiales que insisten en una "cooperación sin subordinación", la inminente visita del secretario de Estado, Marco Rubio, y su confirmada reunión con la presidenta, arroja una sombra de incertidumbre sobre el futuro de la política de seguridad en nuestro país. No se trata de una simple visita diplomática, sino de un encuentro cargado de implicaciones políticas, especialmente considerando el perfil de "halcón" de Rubio y su cercanía con la figura controvertida de Donald Trump. El hecho de que no esté previsto un encuentro con el canciller Marcelo Ebrard, tradicionalmente afable en sus tratos con la contraparte estadounidense, refuerza la idea de que se trata de una visita con un propósito específico y, quizás, poco conciliador.
La coyuntura internacional, marcada por la creciente percepción de México como un narcoestado, añade un elemento de complejidad a la visita de Rubio. Recientes extradiciones de figuras clave del narcotráfico, como Ovidio Guzmán e Ismael "El Mayo" Zambada, quienes se declararon culpables ante la justicia estadounidense a cambio de beneficios, han puesto en evidencia la fragilidad de nuestras instituciones y la penetración del crimen organizado en las esferas del poder. En este contexto, la visita de un alto funcionario estadounidense, con una postura tradicionalmente dura en temas de seguridad, no puede interpretarse como un gesto de buena voluntad. Más bien, parece una señal de la creciente preocupación de Washington por la situación en México y la posibilidad de una intervención más directa en la lucha contra el narcotráfico.
La estrategia de la administración actual de minimizar la gravedad de la situación y presentar una imagen de "viento en popa", parece una táctica desgastada e ineficaz. La realidad, palpable en las calles de nuestro país, contradice el discurso oficial. La violencia, la impunidad y la corrupción siguen siendo flagelos que azotan a la sociedad mexicana y que requieren soluciones concretas, más allá de la retórica y la propaganda. La visita de Rubio es una oportunidad para abordar estos temas con franqueza y buscar soluciones conjuntas, pero también es un recordatorio de la precaria situación en la que se encuentra nuestro país y de la necesidad de un cambio de rumbo.
En otro orden de ideas, es alentador el compromiso de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf) de garantizar el abasto de medicamentos y fomentar la innovación en el sector. En un contexto de crisis sanitaria global, la disponibilidad de medicamentos esenciales y el desarrollo de nuevas tecnologías son fundamentales para la salud pública. La iniciativa de Amelaf, liderada por Juan de Villafranca, es un ejemplo de la responsabilidad social de la industria farmacéutica y su compromiso con el bienestar de la población. Esperemos que este tipo de iniciativas se multipliquen y contribuyan a fortalecer el sistema de salud en México. El tiempo, como siempre, dará la razón.
Fuente: El Heraldo de México