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2 de septiembre de 2025 a las 04:05
Domina la calma infantil en 30 segundos
Las rabietas infantiles, ese torbellino de emociones que puede desatar el caos en cualquier momento y lugar. Gritos, pataleos, llanto desconsolado… un escenario familiar para padres y cuidadores que a menudo nos deja sin saber qué hacer. Nos preguntamos, ¿cómo navegar en este mar de frustración infantil y, más importante aún, cómo ayudar a nuestros pequeños a encontrar la calma? Afortunadamente, existe una herramienta sencilla, casi mágica, que puede marcar la diferencia: la frase "Sé que estás enfadado, estoy aquí para ayudarte".
Más allá de las palabras, esta frase encierra un profundo significado. No se trata de una fórmula mágica para detener el llanto instantáneamente, sino de una llave que abre la puerta a la conexión y la empatía. Imaginen por un momento estar abrumados por la ira, la frustración, o la tristeza, sin las herramientas para comprender y gestionar esas emociones. Así se sienten a menudo los niños durante una rabieta. Esta frase les transmite un mensaje crucial: "Te veo, te entiendo, y no estás solo".
El psicólogo Jeffrey Bernstein, citado por Psychology Today, destaca la importancia de validar las emociones del niño. Al reconocer su enfado, le estamos diciendo que sus sentimientos son importantes, que tienen derecho a sentirlos, y que no los juzgamos. Esto, en sí mismo, tiene un efecto calmante. Al mismo tiempo, la segunda parte de la frase, "estoy aquí para ayudarte", ofrece un salvavidas en medio de la tormenta emocional. El niño sabe que cuenta con un adulto presente, dispuesto a acompañarlo en ese proceso, a guiarlo hacia la calma.
Pero la magia de esta frase no reside únicamente en las palabras. El tono de voz, la postura corporal, la mirada… todo el lenguaje no verbal del adulto debe transmitir calma, paciencia y comprensión. De nada sirve pronunciar las palabras correctas si nuestro cuerpo transmite impaciencia o irritación. Es fundamental que el niño perciba la sinceridad en nuestro mensaje, que sienta que realmente estamos ahí para él.
La belleza de esta herramienta radica en su versatilidad. No se limita a las rabietas infantiles, sino que puede aplicarse en diversas situaciones y con personas de diferentes edades. ¿Un adolescente abrumado por la presión académica? ¿Un amigo que atraviesa un momento difícil? Adaptando ligeramente la frase, podemos ofrecerles el mismo mensaje de apoyo y comprensión: "Sé que estás pasando por un momento difícil, estoy aquí para ti".
Es importante recordar que esta frase no es una solución mágica que elimina las emociones negativas. Es una invitación a la conexión, un primer paso para ayudar al niño (o al adulto) a regular sus emociones. Después de pronunciarla, es fundamental escuchar activamente, ofrecer un abrazo si el niño lo permite, y ayudarlo a identificar la causa de su enfado. A veces, simplemente necesitan sentirse escuchados y comprendidos. Otras veces, necesitaremos ayudarles a encontrar soluciones a sus problemas.
En definitiva, "Sé que estás enfadado, estoy aquí para ayudarte" es mucho más que una frase. Es una herramienta poderosa que nos permite construir puentes de conexión, fomentar la empatía y ayudar a quienes nos rodean a navegar por el complejo mundo de las emociones. Una herramienta que, sin duda, merece un lugar privilegiado en nuestro repertorio de habilidades comunicativas. Practiquémosla, adaptémosla a cada situación, y descubramos el poder transformador de la conexión humana.
Fuente: El Heraldo de México