
2 de septiembre de 2025 a las 09:35
¿Banxico en peligro? 100 años en juego
Un siglo de historia financiera. Cien años sosteniendo la economía mexicana. El Banco de México, nacido en el crisol de la post-revolución, se yergue como un testimonio de la visión de hombres como Manuel Gómez Morín, quien comprendió la vital importancia de una institución sólida, autónoma, capaz de blindar el valor del peso y, por ende, el bienestar de las familias mexicanas. Imaginen un país sin un ente regulador, sin un guardián de la estabilidad monetaria. El caos sería inevitable, la inflación devoraría los ahorros, la incertidumbre reinaría en los mercados. Es precisamente esa imagen la que Gómez Morín quiso evitar, y su legado, plasmado en la creación del Banco de México, ha protegido a generaciones de mexicanos.
La autonomía, conquistada con esfuerzo en 1994, no fue un capricho, sino una necesidad. Un escudo protector contra las tentaciones del populismo económico, contra la peligrosa idea de financiar el gasto público con la emisión descontrolada de moneda. Gracias a esa independencia, México ha navegado las turbulentas aguas de las crisis financieras internacionales, desde el "efecto tequila" hasta la pandemia del 2020, manteniendo a raya la inflación y ofreciendo un ancla de estabilidad en tiempos de tormenta. Piensen en la angustia de las familias argentinas, presas de una inflación galopante que devora sus salarios y sus sueños. Ese escenario, que lamentablemente se repite en otros países de Latinoamérica, se ha evitado en México gracias a la independencia del Banco Central.
Sin embargo, la historia nos enseña que ninguna conquista es definitiva. Hoy, en el centenario de su fundación, el Banco de México enfrenta nuevos desafíos. Voces que cuestionan su autonomía, que pretenden someterlo a los vaivenes de la política, se alzan con fuerza. Presionan para que el banco asuma funciones que no le corresponden, que abandone su misión esencial de preservar el poder adquisitivo de la moneda. Se trata de una amenaza latente que no podemos ignorar. Es un canto de sirena que, disfrazado de buenas intenciones, puede llevarnos al abismo de la inestabilidad.
Imaginen un futuro donde el Banco de México pierda su independencia. Las consecuencias serían devastadoras: inflación descontrolada, devaluación del peso, pérdida del poder adquisitivo, aumento de la pobreza. Un escenario que ya hemos visto en otros países y que no podemos permitir que se repita en México.
El centenario del Banco de México no debe ser solo un festejo, sino una llamada a la acción. Una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de las instituciones y la necesidad de defenderlas. Debemos recordar las lecciones del pasado, los errores que otros países han cometido al politizar sus bancos centrales. Proteger al Banco de México es proteger nuestro presente y el futuro de las próximas generaciones. Es defender el bolsillo de las familias mexicanas, es garantizar la estabilidad económica del país. Es, en definitiva, una responsabilidad de todos.
Fuente: El Heraldo de México