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2 de septiembre de 2025 a las 15:40

Alerta Sísmica: ¿Dónde fue el epicentro hoy?

En las primeras horas del martes 2 de septiembre, la tierra vibró silenciosamente bajo los pies de los mexicanos. Tres sismos, casi imperceptibles para muchos, se registraron en la oscuridad de la madrugada. El más intenso, de magnitud 4.3, tuvo su epicentro en Ometepec, Guerrero, una zona sísmicamente activa y familiarizada con el temblor de la tierra. A pesar de la inquietud que siempre genera un sismo, en esta ocasión la alerta sísmica no se activó, dejando a muchos con la pregunta: ¿por qué?

La respuesta reside en la compleja ciencia de la sismología. El Servicio Sismológico Nacional (SSN), la institución encargada de monitorear la actividad sísmica en el país, registró los tres eventos. El primero, un temblor de magnitud 4.0, apenas un susurro de la tierra, ocurrió a las 00:41 horas. Posteriormente, dos sismos más, incluyendo el de 4.3, sacudieron la región antes del amanecer. Aunque perceptibles, su intensidad no alcanzó el umbral necesario para activar el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX).

El SASMEX, un sistema sofisticado y vital para la seguridad de millones, funciona bajo un estricto protocolo. No todos los sismos activan la alerta. La decisión de activarla depende de una combinación crucial de factores: la magnitud del sismo y la distancia de su epicentro a las zonas protegidas por el sistema. En términos sencillos, un sismo lejano debe ser muy potente para justificar la activación de la alerta, mientras que un sismo cercano, aunque sea de menor magnitud, puede representar una amenaza mayor.

Imaginen las ondas sísmicas como las ondas que se forman al lanzar una piedra a un lago. Cuanto más grande la piedra (mayor magnitud), más grandes las ondas. Y cuanto más cerca estemos del punto de impacto (epicentro), más rápido y con mayor fuerza nos alcanzarán las ondas. El SASMEX está diseñado para detectar esas "piedras" sísmicas y advertir a las poblaciones en riesgo antes de que las "ondas" lleguen.

En el caso de los sismos del martes 2 de septiembre, la magnitud, aunque significativa, no fue suficiente para activar la alerta, considerando la distancia del epicentro a las zonas metropolitanas protegidas por el SASMEX. Es un recordatorio de la constante actividad sísmica en México y de la importancia de estar siempre preparados. Aunque la alerta no suene, cada sismo es una oportunidad para repasar nuestros protocolos de seguridad y asegurarnos de que sabemos qué hacer en caso de un evento mayor.

Protección Civil recomienda una serie de medidas para estar preparados ante un sismo. Tener un plan familiar de emergencia, identificar las zonas seguras dentro y fuera de la casa, y participar en simulacros son acciones fundamentales. La preparación es nuestra mejor defensa ante la impredecible fuerza de la naturaleza. Recordemos que vivir en una zona sísmica implica una responsabilidad compartida: informarnos, prepararnos y estar atentos a las indicaciones de las autoridades. Cada pequeño temblor es un recordatorio de que la tierra bajo nuestros pies está viva, y debemos aprender a convivir con su dinámica.

Fuente: El Heraldo de México