La impactante imagen compartida por Valentina Gilabert ha recorrido las redes sociales como la pólvora. La fotografía, cruda y conmovedora, muestra a la modelo cubierta de sangre, momentos después del brutal ataque que sufrió a manos de Marianne Gonzaga. Más allá del impacto visual, la publicación de Gilabert tiene un propósito claro: pedir apoyo a sus seguidores ante el inicio del juicio contra la segunda persona implicada en el incidente, un proceso que se presenta como un nuevo capítulo en este drama que ha mantenido en vilo a la opinión pública.

El caso Valentina-Marianne, lejos de concluir con la liberación de la agresora principal, se complica con la presencia de una tercera persona, presuntamente cómplice del ataque. Recordemos que Gilabert, con una valentía admirable, decidió perdonar y aceptar las disculpas de Gonzaga, un gesto que ha generado un intenso debate en redes sociales. Ahora, la modelo enfrenta un nuevo desafío: el juicio contra la menor acusada de complicidad, un proceso que seguramente removerá las heridas aún frescas de aquel fatídico 4 de febrero de 2025.

Desde el ataque, Valentina Gilabert ha utilizado sus redes sociales como plataforma para narrar su proceso de recuperación y para mantener informados a sus seguidores sobre los avances del caso. Esta transparencia ha sido clave para desmentir rumores y aclarar las controversias que han surgido en torno al incidente. La imagen que compartió recientemente, tomada en la ambulancia que la trasladó al hospital, no es solo una prueba del horror que vivió, sino también un testimonio de su fortaleza y resiliencia.

La foto, en la que se ve a Valentina con una máscara de oxígeno y los brazos empapados en sangre, contrasta con la imagen pública que proyecta habitualmente en sus redes. La blusa blanca que vestía aquel día, teñida de un rojo intenso, se convierte en un símbolo de la violencia que sufrió y de la lucha que ha emprendido para obtener justicia.

La madrugada del 4 de febrero de 2025 quedará grabada en la memoria colectiva. La detención de la influencer Marianne Gonzaga, de tan solo 17 años, tras el ataque a Valentina Gilabert, conmocionó a la sociedad. Las 14 puñaladas que recibió la modelo en el cuello, cabeza, nariz, mano y tórax, pintaban un escenario desolador. Los motivos del ataque, inicialmente confusos, se fueron esclareciendo con el paso de los días, apuntando a una posible relación sentimental entre Valentina y José Said, expareja de Gonzaga y padre de su hijo.

Tras cinco meses de internamiento preventivo por lesiones dolosas, Gonzaga fue liberada tras alcanzar un acuerdo con la víctima. Sin embargo, la historia no termina ahí. La presencia de una tercera persona implicada en el ataque abre un nuevo frente legal y promete mantener la atención pública centrada en este caso que ha traspasado los límites de las redes sociales para convertirse en un reflejo de la compleja realidad social que vivimos. ¿Qué rol jugó esta tercera persona en el ataque? ¿Qué nuevas revelaciones surgirán durante el juicio? Estas son solo algunas de las preguntas que se espera sean respondidas en los próximos días. Mientras tanto, Valentina Gilabert continúa su lucha por la justicia, con el apoyo incondicional de sus seguidores, quienes esperan que la verdad prevalezca y que este doloroso episodio pueda, finalmente, llegar a su fin.