
1 de septiembre de 2025 a las 18:00
¿Quién atacó a Valentina Gilabert?
La historia de Valentina Gilabert ha dado un giro drástico, transformándose de un caso de agresión aparentemente aislado a una compleja trama de celos, engaños y manipulación. Inicialmente, la atención mediática se centró en Marianne Gonzaga, la influencer y "mommy blogger" que, cegada por los celos hacia José Said, su expareja y padre de su hija, agredió brutalmente a Valentina con al menos doce puñaladas. La imagen de una madre joven, consumida por la ira y actuando impulsivamente, dominaba la narrativa. Sin embargo, las recientes revelaciones de la periodista digital Marielle Zannie, conocida como Malleza en redes sociales, han sacudido los cimientos del caso, exponiendo una realidad mucho más turbia.
Según la información revelada por Malleza, Aintzane "N", inicialmente considerada cómplice de Gonzaga, sería en realidad la mente maestra detrás del ataque. La joven, quien se presentaba como la mejor amiga tanto de la agresora como de la víctima, habría orquestado todo el plan motivada por sus propios sentimientos hacia José Said. Este nuevo ángulo introduce una capa de perversidad al caso, revelando la frialdad y la premeditación con la que se ejecutó la agresión. La supuesta amistad entre Aintzane y Valentina se convierte en una máscara de traición, utilizada para manipular y tender una trampa a la víctima.
La filtración de un audio, en el que se escucha a Aintzane insistiendo a Valentina para que asista a la fiesta donde ocurriría la agresión, refuerza la teoría de la premeditación. La negativa de Valentina, argumentando su temor a encontrarse con Gonzaga, y su afirmación de que a Aintzane "le lavaron el cerebro" añaden una dimensión psicológica al caso, sugiriendo la existencia de una influencia manipuladora por parte de Aintzane sobre Gonzaga. La imagen de Gonzaga como única responsable se desdibuja, dando paso a la figura de Aintzane como la verdadera artífice del plan.
La revelación de que el departamento donde ocurrió la agresión pertenece al padrastro de Aintzane y que las cámaras de seguridad registraron cómo ocultó a Gonzaga horas antes del ataque, añade más leña al fuego. Estos detalles pintan un cuadro aún más oscuro, mostrando la planificación meticulosa y la frialdad con la que se ejecutó la agresión. La supuesta complicidad pasiva de Aintzane se transforma en una participación activa, convirtiéndola en la pieza clave de todo el plan.
Este lunes 1 de septiembre, la audiencia intermedia de Aintzane "N" se convierte en un punto crucial en el desarrollo del caso. La justicia deberá determinar si las nuevas evidencias son suficientes para cambiar su estatus de cómplice a autora intelectual. La sociedad, expectante, aguarda el desenlace de esta historia que ha dejado al descubierto las oscuras facetas de los celos, la traición y la manipulación, recordándonos que las apariencias a menudo engañan y que la verdad puede ser mucho más compleja de lo que parece a simple vista. El caso de Valentina Gilabert deja una profunda reflexión sobre la importancia de la salud mental, la necesidad de identificar y alejarse de relaciones tóxicas y la crucial labor de la justicia para esclarecer la verdad y garantizar que los responsables sean castigados, independientemente de la complejidad de la trama.
La historia de Valentina Gilabert, lejos de concluir, se adentra en un nuevo capítulo, uno que promete ser aún más impactante y revelador. La justicia tiene la palabra.
Fuente: El Heraldo de México