
1 de septiembre de 2025 a las 09:40
México y EUA: Oportunidades Emergentes
La creciente tensión entre México y Estados Unidos, avivada por las recientes declaraciones del senador Ted Cruz, nos coloca en un momento crucial para la diplomacia y la reafirmación de nuestra soberanía. Las palabras del senador, lejos de promover la cooperación, resuenan con un eco de intervencionismo que no podemos tolerar. Exigir que México "acepte" una oferta en términos que comprometen nuestra autonomía no es el lenguaje de la amistad, sino el de la imposición. En este contexto, la firme respuesta del canciller Juan Ramón de la Fuente se erige como un baluarte de la dignidad nacional. Su llamado a la responsabilidad compartida, la confianza, el respeto mutuo y, sobre todo, la plena soberanía, refleja la postura que México debe mantener con firmeza ante cualquier intento de menoscabo a nuestra autonomía.
La próxima visita del secretario de Estado, Marco Rubio, se presenta entonces como una prueba de fuego. Más allá de los temas en la agenda –fentanilo, migración, comercio, influencia de China– lo que realmente estará en juego es la capacidad de ambos países para construir una relación basada en la igualdad y el respeto. No podemos permitir que la cooperación se convierta en sinónimo de subordinación. México tiene mucho que aportar a la mesa de negociación. No somos un peón en el tablero geopolítico, sino un actor relevante con una economía sólida y una posición estratégica en el continente.
El dato proporcionado por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, sobre nuestra posición en el Índice de Complejidad Económica de la Universidad de Harvard, no es un mero dato estadístico, es un reflejo de nuestra capacidad productiva, de nuestra integración en las cadenas globales de valor y de nuestro potencial de crecimiento. Somos la decimoséptima economía mundial en complejidad, por encima de muchas naciones desarrolladas, y el principal comprador de productos estadounidenses. Esta realidad debe ser el punto de partida para cualquier diálogo. No se trata de pedir favores, sino de establecer alianzas estratégicas que beneficien a ambas partes.
La visita del secretario Rubio no debe ser vista como una concesión, sino como una oportunidad. Una oportunidad para dejar claro que México no negociará su soberanía, que estamos dispuestos a cooperar, pero en términos de igualdad y respeto mutuo. Es el momento de pasar de las imposiciones a los acuerdos, de la retórica beligerante al diálogo constructivo. Debemos aprovechar esta coyuntura para redefinir la relación bilateral, estableciendo un nuevo paradigma basado en la corresponsabilidad y el reconocimiento mutuo. La fortaleza de nuestra economía, la firmeza de nuestra diplomacia y la unidad de nuestro pueblo son las mejores garantías para lograr este objetivo. El futuro de la relación entre México y Estados Unidos depende de la capacidad de ambos países para entender esta realidad y actuar en consecuencia. No podemos ceder ante presiones ni aceptar imposiciones. El camino es el diálogo, el respeto y la cooperación entre iguales.
Fuente: El Heraldo de México