Adentrarse en el universo de Carmen Parra es como recorrer un jardín secreto lleno de flores vibrantes y recovecos inesperados. Su vida, un lienzo en constante transformación, nos revela la historia de una mujer que ha bailado al ritmo de la pasión, la creatividad y la resiliencia. Con 80 años a cuestas, cada arruga de su rostro narra una anécdota, cada pincelada en sus obras desvela un fragmento de su alma.

"Que sí quede huella", el nuevo espacio de Heraldo Televisión, no podía haber elegido una primera invitada más cautivadora. Desde la intimidad de su biblioteca, Carmen Parra se entrega a una conversación sincera con su hijo, Emiliano Gironella, abriendo las puertas de su memoria y compartiendo retazos de una vida excepcional.

Imaginen una infancia bañada por el sol de la creatividad, con un padre arquitecto, Manuel Parra, cuyo círculo social incluía a figuras de la talla de El Indio Fernández y Diego Rivera. "Mi papá le hizo la casa a El Indio Fernández," recuerda con una sonrisa nostálgica, transportándonos a una época dorada del arte mexicano. Desde temprana edad, la pequeña Carmen se vio rodeada de un ambiente estimulante, donde la belleza y la expresión artística eran el pan de cada día. Incluso fue fotografiada por el icónico Manuel Álvarez Bravo, un testimonio visual de su conexión temprana con el mundo del arte.

Pero la vida de Carmen Parra no se limitó a la contemplación. La efervescencia social y política de su juventud la llevó a involucrarse activamente en el Partido Comunista y el movimiento estudiantil. Con valentía, recuerda el fatídico 2 de octubre de 1968: "Cuando salieron todos corriendo yo caí a una pirámide… los tanques de guerra estaban arriba y yo estaba aquí abajo, estuvo aterrador." Este episodio, marcado por el miedo y la incertidumbre, revela la fuerza interior de una mujer que, a pesar de las adversidades, nunca renunció a sus ideales.

El amor, como un torbellino de emociones, irrumpió en su vida de la mano del artista Alberto Gironella. Esta relación, tan intensa como compleja, la sumergió de nuevo en el universo artístico, rodeándola de intelectuales y creadores como Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco, Salvador Elizondo y Juan García Ponce. "Éramos como la pareja del momento," confiesa, reviviendo la atmósfera vibrante de una época en la que el arte y la cultura eran el epicentro de la vida social.

La influencia de Gironella y su círculo fue determinante en la trayectoria artística de Carmen Parra. A través del diálogo y la convivencia, fue afinando su mirada, profundizando en su reflexión sobre el arte y la vida misma. Su obra, un reflejo de su propia metamorfosis, explora temas como la naturaleza, la identidad cultural y la constante transformación del ser humano.

"Que sí quede huella" nos invita a descubrir la fascinante historia de Carmen Parra, una mujer que ha dejado una marca indeleble en el panorama artístico mexicano. Su testimonio, lleno de vivencias extraordinarias, nos inspira a abrazar la vida con pasión, a cultivar la creatividad y a dejar nuestra propia huella en el mundo. No se pierdan la oportunidad de conocer a esta artista excepcional a través de las pantallas de Heraldo Televisión, una experiencia que promete conmover e inspirar a partes iguales.