La sintonía entre el Palacio Nacional y el Palacio de Gobierno del Estado de México vibra a una frecuencia cada vez más alta. A pocos días del inicio del ciclo escolar, la Gobernadora Delfina Gómez parece haber entregado ya su primera boleta con una calificación más que satisfactoria. El respaldo del Gobierno Federal se siente con fuerza en Lerdo 300, una presencia que se intensifica a medida que el ritmo se acelera en la capital del país. No se trata de una simple coincidencia, sino de una estrategia bien orquestada, una sinergia que se traduce en beneficios tangibles para los mexiquenses.

Las evidencias saltan a la vista: reuniones de alto nivel, visitas presidenciales que se suceden con una cadencia casi mensual, anuncios de inversión que inyectan vitalidad a la economía estatal y el arranque de proyectos que prometen transformar el panorama mexiquense. Más allá de los formalismos protocolarios, se percibe una genuina conexión entre la Gobernadora Gómez y la Presidenta Claudia Sheinbaum. Los abrazos sinceros, las miradas cómplices y el diálogo fluido hablan de una alianza sólida, de una voluntad compartida de trabajar en conjunto por el bienestar de los ciudadanos.

En este escenario, Horacio Duarte emerge como una figura clave, un articulador político que opera con discreción pero con gran eficacia. Su papel trasciende la simple gestión; se trata de un verdadero estratega que teje los hilos de la comunicación y la coordinación entre ambos niveles de gobierno. El mensaje es claro y se transmite con precisión a los diputados locales y federales de Morena: el Estado de México cuenta con los recursos y la capacidad para responder a los desafíos, para impulsar el desarrollo y para consolidar la transformación.

Con Ricardo Monreal a la cabeza, los legisladores morenistas reciben la instrucción de cerrar filas, de trabajar en unidad y de respaldar las iniciativas que emanan tanto del gobierno estatal como del federal. La consigna es clara: no hay espacio para las divisiones internas, la prioridad es el bienestar de los mexiquenses. Esta alineación estratégica no solo fortalece la gobernabilidad, sino que también envía un mensaje contundente a la oposición: en el Estado de México, Morena está más unido y fuerte que nunca.

Los resultados de esta colaboración estrecha ya comienzan a palparse. Las inversiones fluyen, los proyectos se concretan y las expectativas de la ciudadanía se renuevan. Se respira un aire de optimismo, una sensación de que las cosas finalmente están cambiando. La sinergia entre el gobierno federal y el estatal no es una simple declaración de intenciones, sino una realidad tangible que se traduce en beneficios concretos para los mexiquenses. El ciclo escolar apenas comienza, pero la Gobernadora Delfina Gómez ya ha demostrado que está dispuesta a entregar buenas cuentas, a trabajar con ahínco y a construir un futuro mejor para su estado. El camino por recorrer es largo, pero con el respaldo del Gobierno Federal y la unidad de su partido, el Estado de México tiene todo para alcanzar su máximo potencial.