
1 de septiembre de 2025 a las 04:00
Condenado por abuso a menor
La sombra de la impunidad, que por tanto tiempo amenazó con oscurecer el futuro de un joven inocente, finalmente se ha disipado. Tras un largo y arduo proceso judicial, la justicia ha prevalecido. Víctor “N”, el hombre que traicionó la confianza de su propia familia y cometió un acto atroz contra su sobrino, ha sido condenado a 13 años y cuatro meses de prisión. Un fallo que, si bien no borra el dolor infligido, sí ofrece un ápice de consuelo y esperanza.
Recordemos los hechos que nos llevaron a este punto. Octubre de 2021, en una vivienda de la Colonia Del Sur, en Guadalajara, un escenario que debería haber sido de protección y cariño se convirtió en el lugar de una terrible violación a la inocencia. Víctor “N”, aprovechándose de su posición familiar, abusó sexualmente de su propio sobrino, un menor de edad cuya vida quedaría marcada para siempre por este acto deleznable.
La denuncia, valiente y necesaria, llegó a oídos de las autoridades. La Fiscalía General del Estado de Jalisco, con la firme determinación de hacer justicia, inició una exhaustiva investigación que culminó con la captura del agresor el 9 de septiembre de 2022. Desde entonces, el peso de la ley comenzó a cernirse sobre Víctor “N”.
El proceso judicial, aunque largo y complejo, ha sido llevado a cabo con rigor y apego a la legalidad. Cada prueba, cada testimonio, cada detalle, ha sido cuidadosamente analizado para llegar a la verdad. Y la verdad, finalmente, ha salido a la luz. El 27 de agosto de este año, mediante un procedimiento abreviado, Víctor “N” fue declarado culpable. Un veredicto que no solo lo condena a él, sino que también envía un mensaje claro a la sociedad: estos actos no quedarán impunes.
Más allá de la pena privativa de libertad, el juez ha impuesto una multa de 30 mil pesos como reparación del daño. Una cifra que, si bien no puede compensar el trauma sufrido por la víctima, representa un reconocimiento al dolor infligido y una pequeña contribución a su proceso de recuperación.
Este caso nos recuerda la importancia de proteger a nuestros niños y niñas. De crear entornos seguros donde puedan crecer y desarrollarse libres de violencia. De educar en la igualdad y el respeto. De denunciar cualquier indicio de abuso, sin miedo y sin titubeos. La justicia, aunque a veces tarde, llega. Y con ella, la esperanza de un futuro mejor.
La condena de Víctor “N” es un triunfo para la justicia, un paso adelante en la lucha contra la impunidad y un llamado a la reflexión para toda la sociedad. Debemos seguir trabajando juntos para construir un mundo donde la infancia sea sinónimo de alegría, seguridad y protección. Un mundo donde ningún niño tenga que sufrir el horror del abuso.
Fuente: El Heraldo de México