
1 de septiembre de 2025 a las 09:35
Alcanza la libertad financiera en la edad dorada.
La sabiduría no se oxida. A pesar de los años, la experiencia acumulada por nuestros adultos mayores se convierte en un activo invaluable para la sociedad. Imaginen la riqueza de conocimiento que reside en quienes han vivido décadas de transformaciones, de desafíos superados, de lecciones aprendidas. Sin embargo, a menudo, en lugar de valorar esta experiencia, nos encontramos con una narrativa que asocia la edad avanzada con la precariedad, con la dependencia, con una etapa de declive. Esta visión, no solo es injusta, sino que además es perjudicial para el tejido social.
Las cifras de pobreza en adultos mayores son una llamada de atención, un reflejo de las desigualdades que persisten en nuestro país. Si bien es cierto que la longevidad trae consigo nuevos retos, también es una oportunidad para reinventarse, para explorar nuevas pasiones, para seguir contribuyendo activamente a la comunidad. No podemos permitir que el miedo a la inseguridad económica impida a nuestros adultos mayores disfrutar plenamente de esta etapa de la vida.
La iniciativa de garantizar la seguridad económica y la reincorporación laboral de los adultos mayores es un paso crucial en la dirección correcta. No se trata de caridad, sino de justicia. Se trata de reconocer el derecho de nuestros adultos mayores a una vida digna, a la independencia económica, a la posibilidad de seguir aportando su talento y experiencia al desarrollo del país.
Imaginen a un adulto mayor con la tranquilidad de saber que su pensión no se verá afectada si decide seguir trabajando. Imaginen la motivación, la energía renovada, la posibilidad de compartir sus conocimientos con las nuevas generaciones. Esta iniciativa no solo beneficia a los adultos mayores, sino a toda la sociedad. Es una inversión en nuestro futuro, en un México más inclusivo, más justo, más próspero.
El debate sobre la inclusión laboral de los adultos mayores no es nuevo, pero es más relevante que nunca. Debemos romper con los estereotipos, con los prejuicios que limitan las oportunidades de este sector de la población. Es hora de reconocer el valor de la experiencia, de la sabiduría acumulada a lo largo de los años. Es hora de construir un México donde la edad no sea un obstáculo, sino una fuente de riqueza y de progreso.
Las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo y los incentivos fiscales para la contratación de adultos mayores son ejemplos de políticas públicas que van en el sentido correcto. Sin embargo, es necesario ir más allá. Necesitamos una estrategia integral que aborde las múltiples dimensiones de la inclusión de los adultos mayores, desde la salud y la seguridad social hasta la educación y la participación social.
El futuro de México se construye con la participación de todos, sin exclusiones. Los adultos mayores son una pieza fundamental de este rompecabezas. Su experiencia, su sabiduría, su compromiso con el país son activos que no podemos desaprovechar. Es nuestra responsabilidad como sociedad garantizarles una vida digna, plena y activa. Es nuestra responsabilidad construir un México donde la edad no sea sinónimo de vulnerabilidad, sino de oportunidad. Un México donde la experiencia se valore, se respete y se aproveche para el bien común.
Fuente: El Heraldo de México