La euforia cementera se tiñe de preocupación. Cruz Azul, la Máquina que arrolla y enamora, continúa su marcha triunfal en el torneo tras vencer a unas Chivas que parecen desdibujadas en el terreno de juego. El 2-1 en el Akron, un estadio que históricamente ha sido complicado para los celestes, no solo consolida su posición privilegiada en la tabla con 17 puntos, sino que también confirma el gran momento futbolístico que atraviesan bajo la batuta de Nicolás Larcamón. Un equipo sólido, efectivo y con una mentalidad ganadora que ilusiona a su afición con la posibilidad de alcanzar la gloria. El estreno goleador de José Paralela con la casaca celeste, un auténtico chispazo de talento al minuto 2, dejó claro desde el inicio las intenciones del equipo visitante. Y aunque Chivas respondió con el empate de Diego Campito, la reacción cementera no se hizo esperar. Rotondi, con la precisión de un cirujano, marcó el 2-1 antes del descanso, un gol que a la postre sería definitivo y que desató la locura en la afición cruzazulina presente en el Akron.

Sin embargo, no todo es alegría en La Noria. La lesión de Ángel Sepúlveda, un guerrero incansable en el ataque celeste, empaña la victoria y enciende las alarmas en el cuerpo técnico. Un posible desgarre muscular podría dejarlo fuera de las canchas por varias semanas, una baja sensible que Larcamón deberá suplir con inteligencia y estrategia. La Máquina ha demostrado tener variantes en su juego ofensivo, pero la ausencia de Sepúlveda sin duda representa un desafío. ¿Podrán Uriel Antuna, Michael Estrada o Christian Tabó llenar el vacío dejado por el aguerrido delantero? El tiempo lo dirá.

Mientras tanto, en Guadalajara, la crisis se agudiza. Cuatro partidos sin conocer la victoria, apenas cuatro puntos en la tabla y una preocupante falta de identidad futbolística pintan un panorama sombrío para el Rebaño Sagrado. La derrota ante Cruz Azul, la cuarta consecutiva en el historial reciente entre ambos equipos, deja al descubierto las carencias del equipo dirigido por -inserte nombre del DT de Chivas-. La presión de la afición, una de las más exigentes del país, comienza a sentirse en el entorno rojiblanco. ¿Será capaz el equipo de revertir esta situación? La respuesta está en el terreno de juego.

El contraste entre ambos equipos es evidente. Cruz Azul, con paso firme y una idea clara de juego, se perfila como uno de los serios candidatos al título. Chivas, por su parte, deambula en la incertidumbre y busca una salida a la crisis que lo aqueja. El torneo apenas comienza, pero la diferencia entre ambos equipos es palpable. La Máquina ilusiona, el Rebaño decepciona. El futuro dirá si estos roles se mantienen o si el destino les depara un cambio de fortuna.