
1 de septiembre de 2025 a las 02:45
Adiós a Arnoldo Kraus, pilar de la bioética mexicana.
El vacío que deja el Dr. Arnoldo Kraus Weisman en el panorama intelectual y médico mexicano es inmenso. Su partida, a los 73 años, no solo significa la pérdida de un médico brillante, sino también de un humanista excepcional, un escritor prolífico y un pensador crítico que dedicó su vida a la búsqueda de una medicina más ética y compasiva. Su legado trasciende las paredes de la Facultad de Medicina de la UNAM, extendiéndose a la sociedad en su conjunto, gracias a su incansable labor de divulgación y a su profunda convicción en la importancia de la bioética.
Más allá de su impecable trayectoria académica, que incluyó especializaciones en Medicina Interna, Inmunología y Reumatología en el prestigioso Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán, Kraus se distinguió por su capacidad de conectar con la gente, de traducir conceptos complejos en un lenguaje accesible y de poner el dedo en la llaga en temas sensibles y a menudo controversiales. Su obra literaria, compuesta por más de veinte libros, no se limita a la aridez académica, sino que explora la condición humana con una sensibilidad excepcional. Títulos como "La eutanasia", "Morir antes de morir" y "Decir adiós, decirse adiós" son testimonio de su preocupación por el sufrimiento humano y su compromiso con una muerte digna. Su pluma, precisa y conmovedora, nos invita a reflexionar sobre la finitud de la vida, el duelo y la importancia de acompañar a quienes se enfrentan a la enfermedad y la muerte.
Su colaboración con el artista Vicente Rojo, plasmada en seis libros que fusionan arte y reflexión, como "Apología del lápiz" y "Apología de las cosas", revela otra faceta de su personalidad: la de un hombre sensible a la belleza y al poder del arte como vehículo para explorar las grandes preguntas de la existencia. Esta interdisciplinariedad, tan característica de su pensamiento, enriqueció el debate bioético y lo acercó a un público más amplio.
La bioética, definida por Kraus como "la filosofía del siglo XXI", fue el eje central de su vida y obra. No la concebía como una disciplina abstracta y distante, sino como una herramienta fundamental para orientar las relaciones del ser humano con la sociedad, la naturaleza y consigo mismo. Su pensamiento, profundamente laico, se caracterizó por la empatía, la crítica a la desigualdad social y la defensa de la autonomía del paciente. En un sistema de salud a menudo deshumanizado, Kraus alzó la voz para reivindicar la importancia de escuchar a los pacientes, de comprender sus necesidades y de respetar sus decisiones.
Su participación en medios de comunicación como El Universal, La Jornada, Nexos y El Siglo de Torreón, así como su labor en el Consejo Asesor de TV UNAM, demuestran su compromiso con la divulgación del conocimiento y la formación de una ciudadanía crítica e informada. Sus intervenciones, siempre lúcidas y provocadoras, generaron debate y contribuyeron a la construcción de un diálogo público más rico y plural.
La tristeza expresada por instituciones como el Seminario Permanente de Bioética de la UNAM y Grandes Maestros UNAM, refleja el impacto profundo que tuvo Kraus en la comunidad académica y en la sociedad mexicana. Su partida deja un vacío difícil de llenar, pero también un legado invaluable que nos invita a continuar su lucha por una medicina más humana, ética y accesible para todos. Su voz, aunque silenciada, seguirá resonando en las aulas, en los hospitales y en la conciencia de quienes tuvimos el privilegio de conocer su obra y su pensamiento. Arnoldo Kraus nos enseñó a mirar la vida y la muerte con valentía, compasión y lucidez. Su recuerdo permanecerá vivo en la memoria de quienes compartimos su compromiso con un mundo más justo y humano.
Fuente: El Heraldo de México