
30 de agosto de 2025 a las 22:40
Rabia en México: ¿Vacas culpables?
La sombra de la rabia vuelve a cernirse sobre México. Un nuevo caso, esta vez en Jalisco, ha cobrado la vida de un hombre de 68 años, recordándonos la persistencia de esta enfermedad y la importancia de la prevención. El contacto con un bovino infectado en mayo desencadenó una tragedia que hoy nos obliga a reflexionar sobre la vulnerabilidad humana ante la naturaleza y la necesidad de reforzar las medidas de control sanitario.
El comunicado emitido por la Secretaría de Salud de Jalisco (SSJ) detalla el peregrinar del paciente, quien inicialmente buscó atención en un hospital particular. Los síntomas, descritos como cansancio y entumecimiento en la extremidad afectada, no revelaban en un principio la gravedad del asunto. Sin embargo, la agudeza de los médicos y los subsecuentes análisis llevaron a la familia a trasladarlo a una clínica del IMSS en Colima, donde lamentablemente perdió la batalla contra la enfermedad.
La confirmación del diagnóstico llegó del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), una institución de reconocido prestigio que disipó cualquier duda: la causa del deceso fue la rabia transmitida por una vaca. Este dato, sin duda, genera inquietud y abre una serie de interrogantes. ¿Cómo contrajo el virus el animal? ¿Existen otros bovinos infectados en la zona? ¿Qué medidas se están tomando para evitar la propagación de la enfermedad? La SSJ tiene la responsabilidad de responder a estas preguntas y tranquilizar a la población, implementando las acciones necesarias para controlar la situación.
Este caso se suma al deceso de una adolescente de 17 años en Zacatecas, ocurrido el pasado 24 de agosto, tras ser mordida por un zorrillo. Dos vidas truncadas por una enfermedad que, si bien es prevenible, sigue representando una amenaza latente. Estos eventos nos recuerdan que la rabia no se limita a los perros y ratas, como comúnmente se cree. La posibilidad de contagio a través de otros animales, como vacas y zorrillos, amplía el espectro de riesgo y exige una mayor vigilancia epidemiológica.
Es crucial que la población esté informada sobre las vías de transmisión de la rabia y las medidas de prevención. La mordedura o arañazo profundo de un animal infectado son las principales formas de contagio. Ante cualquier incidente de este tipo, es fundamental lavar la herida con abundante agua y jabón y acudir de inmediato a un centro de salud para recibir la profilaxis post-exposición, un tratamiento que puede salvar vidas.
Asimismo, es vital promover la vacunación antirrábica en animales domésticos y de compañía, no solo perros y gatos, sino también en otras especies susceptibles. La responsabilidad compartida entre la ciudadanía y las autoridades sanitarias es fundamental para erradicar esta enfermedad y evitar futuras tragedias. La educación, la prevención y la acción coordinada son las claves para construir un futuro libre de rabia. No podemos bajar la guardia. La salud de todos está en juego.
Fuente: El Heraldo de México