La tragedia ha golpeado de nuevo al estado de Morelos. Tras dos angustiantes meses de incertidumbre, la búsqueda de Andrea Maylin Chino Ramos ha llegado a un desgarrador final. El cuerpo de la joven de 22 años fue encontrado enterrado en un predio del municipio de Tlayacapan, un lugar que la une irremediablemente a su expareja, ahora principal sospechoso de este terrible feminicidio. Imaginen la desesperación de su familia, aferrándose a la esperanza durante 60 días, solo para recibir la confirmación de sus peores temores.

El hallazgo, realizado tras una orden de cateo en un terreno perteneciente a la expareja de Andrea, pone de manifiesto la crueldad de este crimen. El cuerpo, encontrado en avanzado estado de descomposición y dentro de bolsas plásticas, habla de un intento desesperado por ocultar la verdad, una verdad que clama justicia. La Fiscalía General del Estado (FGE) ha trabajado incansablemente en este caso, y la diligencia de entrega del cuerpo a la familia, llevada a cabo con el máximo respeto y siguiendo los protocolos correspondientes, es un testimonio del compromiso de las autoridades en brindar un cierre, aunque doloroso, a este capítulo.

La desaparición de Andrea, el pasado 20 de junio en el municipio de Yautepec, dejó un vacío en la vida de quienes la amaban. Una joven llena de vida, madre de una menor que ahora deberá crecer sin la presencia de su madre. La identificación de Andrea, gracias a las prendas que vestía el día de su desaparición –un pantalón y una chamarra de pana color gris–, añade un toque aún más conmovedor a esta historia. Cada detalle, cada recuerdo, se convierte en una dolorosa punzada para sus seres queridos.

Pero más allá del dolor, surge la indignación. La fuga de la expareja de Andrea y de su padre, ambos prófugos de la justicia, añade otra capa de complejidad a este caso. El intento de despistar a la familia, alegando haber enterrado un caballo en el predio, muestra la frialdad y la falta de remordimiento de quienes presuntamente están involucrados en este feminicidio. La orden de aprehensión contra el joven novio es un paso importante, pero la justicia no estará completa hasta que ambos sospechosos sean capturados y rindan cuentas ante la ley.

La lucha de la familia de Andrea, liderando manifestaciones y exigiendo justicia, es un reflejo del clamor de toda una sociedad cansada de la violencia contra las mujeres. El caso de Andrea Maylin Chino Ramos se suma a la larga y dolorosa lista de feminicidios que azotan a Morelos. Las cifras son alarmantes: más de 140 feminicidios en 2024, un número que nos obliga a reflexionar sobre la urgencia de implementar medidas más efectivas para proteger a las mujeres y erradicar esta terrible violencia. No podemos permitir que la vida de Andrea, y la de tantas otras mujeres, sea solo una estadística más. Es hora de exigir justicia, de exigir un cambio, de construir una sociedad donde las mujeres puedan vivir libres y seguras.