La viralidad del video ha desatado una ola de comentarios en redes sociales, dividiendo a los usuarios entre la condena a la infidelidad y la crítica al comportamiento del hombre. Muchos cuestionan la forma en que expuso públicamente a su pareja, argumentando que, independientemente de la situación, humillarla de esa manera no es justificable. Señalan que la infidelidad es un asunto que debe resolverse en privado, y que exhibirla en redes sociales solo contribuye al morbo y al ciberacoso. "¿Era necesario grabarla y subirlo a internet?", se preguntan algunos, incluso sugiriendo que el hombre podría enfrentar consecuencias legales por difundir imágenes de su expareja sin su consentimiento.

Otros internautas, sin embargo, se solidarizan con el hombre, entendiendo su frustración y dolor ante la supuesta traición. "Cinco novios a la vez… es demasiado", comentan, justificando su reacción, aunque no la forma. Se debate sobre los límites de la privacidad en la era digital, y si la infidelidad, al ser un acto que rompe la confianza en una relación, justifica una exposición pública. Algunos incluso especulan sobre la veracidad del relato del hombre, planteando la posibilidad de que esté exagerando la situación para ganar notoriedad en redes sociales. "¿Y si ella solo tenía amigos?", se preguntan, incitando a la cautela antes de emitir juicios.

El caso ha abierto un debate sobre las relaciones tóxicas y la importancia de la comunicación. Muchos usuarios destacan la frase del hombre: "Yo la mantenía y le daba todo", interpretándola como una señal de una relación desigual, donde el control económico podría haber jugado un papel importante. Se cuestiona si la joven se sentía realmente feliz en la relación, o si la presión económica la llevó a buscar afecto en otros lugares. "La dependencia económica nunca es buena en una relación", afirman algunos, instando a la reflexión sobre la importancia de la independencia y la igualdad en las parejas.

La pintura en la pared, mostrada brevemente en el video, se ha convertido en un símbolo de la historia. Algunos la interpretan como una muestra del talento artístico de la joven, mientras que otros la ven como un trofeo que el hombre exhibía para demostrar su control sobre ella. "Él se sentía dueño de ella, incluso de su arte", comentan, analizando la dinámica de poder en la relación.

Finalmente, el hecho de que la joven no responda a las acusaciones durante la grabación ha generado aún más interrogantes. ¿Por qué no se defiende? ¿Es culpable o inocente? La falta de una respuesta clara alimenta las especulaciones y mantiene vivo el debate en redes sociales. El caso de Dulce, como la han llamado algunos usuarios, se convierte así en un reflejo de las complejidades de las relaciones modernas, la infidelidad y la exposición pública en la era digital. Un caso que, sin duda, seguirá generando controversia y alimentando la conversación en las próximas semanas.