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29 de agosto de 2025 a las 23:25

Trifulca en el Pleno: ¿Fin de la Comisión?

La tensión se palpaba en el aire. La última sesión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión se desarrollaba en un ambiente electrizante, cargado de acusaciones cruzadas, interrupciones y descalificaciones entre legisladores del PRI, Morena y Partido del Trabajo. El eco de la trifulca del miércoles anterior aún resonaba en los muros del recinto, presagiando una jornada turbulenta.

A diferencia de otras ocasiones, el presidente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández Noroña, no recibió el habitual reconocimiento a su labor. En su lugar, una lluvia de señalamientos por su conducta en el Congreso, recordando episodios de interrupciones, enfrentamientos y violencia verbal contra legisladores y funcionarios.

El tema central de la sesión giraba en torno a la enérgica condena presentada por el propio Fernández Noroña, reprobando la "cobarde y grupal agresión" que, según sus palabras, seis legisladores del PRI perpetraron "con alevosía y ventaja" en su contra, así como contra la diputada Dolores Padierna y Emiliano González, trabajador de la Cámara de Senadores. El pronunciamiento, aprobado por la mayoría de los presentes –excluyendo a PAN y Movimiento Ciudadano–, exigía al PRI cesar sus actos violentos en el Congreso y apegarse a la institucionalidad. Además, solicitaba a las Mesas Directivas de ambas Cámaras dar seguimiento a las denuncias penales presentadas.

Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI y figura central en el altercado previo, no se quedó callado. Desde la tribuna, acusó a Fernández Noroña de autoritarismo, de utilizar su posición para "injuriar, calumniar, ofender, insultar" y comportarse como un "vil camorrero". "Alito" Moreno denunció una "maquinación desde el poder" y calificó la sesión como un capricho de "un fanático, un infeliz mortal que se encontró de golpe con una miserable cuota de poder". Acusó al legislador del PT de violar la ley y degradar la conducción de las sesiones.

La respuesta de Fernández Noroña fue inmediata. Subiendo a tribuna, reiteró sus acusaciones de "vende patrias" contra el PRIAN, asegurando que la agresión fue premeditada y motivada por su postura contra la intervención militar estadounidense en el país. Describió el ataque como cobarde, relatando cómo fue golpeado por la espalda y cómo intentaron tirarlo al piso, para luego, según él, orquestar una campaña mediática de desprestigio.

La diputada del PT, Lilia Aguilar, se sumó a la defensa de Noroña, atribuyendo la violencia a un "liderazgo machista" del pasado. Calificó la agresión como una "emboscada planeada", un "balbuceo torpe de quienes no aprendieron a pensar".

Por su parte, Rubén Moreira, coordinador del PRI, contraatacó llamando "facho" a Fernández Noroña y presentando videos que supuestamente mostraban al legislador irrumpiendo en una sesión previa sin autorización. Insistió en que el incidente del miércoles fue un montaje orquestado por el propio Noroña. Hizo un llamado a la "parte sensata de Morena" a apartarse de estas prácticas y a trabajar conjuntamente por el país. Finalmente, denunció la presencia de un operativo de seguridad con "granaderos" en las inmediaciones del Senado y de "paramilitares" dentro del salón de sesiones, instando a sus pares a no dejarse arrastrar por el ego de una persona que, según él, llegó a su puesto por un acuerdo político y no por méritos propios.

En un clima de creciente tensión, Fernández Noroña reiteró su disposición a acatar las decisiones de la asamblea, incluso si eso implicaba ser nuevamente agredido por los priistas. "Aquí estaré esperando su nueva agresión", desafió, dejando en el aire una sensación de incertidumbre y presagiando futuros enfrentamientos en el escenario político. La sesión concluyó, pero la batalla, al parecer, estaba lejos de terminar.

Fuente: El Heraldo de México