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29 de agosto de 2025 a las 23:40

El peligro digital de Paola

La tragedia de Paola Moreno ha sacudido a la Ciudad de México y ha puesto en relieve los peligros latentes en las interacciones online. Una joven llena de ilusiones, proveniente de San José del Rincón, llega a la capital en busca de oportunidades laborales, un sueño que se ve truncado de la manera más cruel imaginable. La promesa de una nueva vida se convierte en una pesadilla al conocer a Eriberto "N" a través del espejismo virtual de las redes sociales.

Este caso nos confronta con la facilidad con la que se pueden construir identidades falsas en el mundo digital. Eriberto "N", el principal sospechoso del feminicidio, se escondía tras una elaborada red de perfiles falsos en Facebook e Instagram. Bajo los nombres de Erik Gutiérrez y Edgar Gutiérrez, un supuesto carpintero que compartía imágenes de su trabajo, tejía su engaño. Cinco cuentas distintas, cinco máscaras digitales para ocultar su verdadera identidad y sus oscuras intenciones. Una estrategia escalofriante que le permitía contactar a sus víctimas sin dejar rastro, como un depredador al acecho en la jungla digital.

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) ha actuado con celeridad, logrando la detención de Eriberto "N" en la colonia Juárez. Sin embargo, el silencio del presunto culpable durante la audiencia añade otra capa de misterio al caso. Su negativa a declarar deja un vacío de información que dificulta la comprensión de los hechos y la búsqueda de justicia para Paola. Mientras tanto, permanece en el Reclusorio Oriente, a la espera de que se defina su situación judicial. El abogado de la víctima, Marco Polo Rodríguez, tiene por delante tres meses de investigación complementaria, una carrera contra el tiempo para recopilar las pruebas necesarias y esclarecer la verdad.

El modus operandi de Eriberto "N" despierta una profunda preocupación. Su habilidad para crear perfiles falsos y ganarse la confianza de sus víctimas, pone de manifiesto la vulnerabilidad a la que nos exponemos en el ciberespacio. Este caso nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la prudencia y la verificación de la identidad de las personas con las que interactuamos online. No se trata de demonizar las redes sociales, sino de utilizarlas con responsabilidad, conociendo los riesgos y tomando las precauciones necesarias.

La historia de Paola es un llamado de atención. Un recordatorio trágico de que detrás de las pantallas pueden esconderse individuos con intenciones perversas. La FGJCDMX continúa con las investigaciones, buscando justicia para Paola y para todas las víctimas de la violencia de género. Mientras tanto, la sociedad debe unirse para exigir mayor seguridad en el mundo digital y promover una cultura de respeto y protección hacia las mujeres. El feminicidio de Paola no puede quedar impune. Su recuerdo debe impulsarnos a construir una sociedad más justa y segura para todas.

Fuente: El Heraldo de México