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25 de agosto de 2025 a las 12:35

Previene y hereda: El reto sucesor

La salida de Jesús de la Fuente Rodríguez de la presidencia de la CNBV y la llegada de Ángel Cabrera Mendoza marcan un punto de inflexión crucial para el sistema financiero mexicano. Más allá de un simple cambio de mando, este relevo representa una oportunidad para reevaluar y fortalecer los mecanismos de supervisión, especialmente en la delicada materia de prevención de lavado de dinero. La sombra del caso CAME, con más de un millón de ahorradores afectados, se cierne sobre la institución, exigiendo una respuesta contundente y una actuación transparente que restaure la confianza perdida.

La designación de Cabrera Mendoza llega en un momento particularmente complejo. El reciente señalamiento de CIBanco, Intercam Banco y Vector Casa de Bolsa por parte de Estados Unidos como "fuentes de preocupación principal" en materia de lavado de dinero relacionado con el narcotráfico, ha puesto al sistema financiero mexicano bajo el escrutinio internacional. La intervención gerencial temporal de estas instituciones, si bien necesaria para proteger los ahorros de los clientes, también pone de manifiesto la vulnerabilidad del sistema y la necesidad de implementar medidas más robustas y efectivas.

El nuevo presidente de la CNBV hereda una tarea titánica: no solo debe sanear la imagen del organismo tras el escándalo CAME, sino que también debe liderar la lucha contra el lavado de dinero y demostrar al mundo que México está comprometido con la transparencia y la integridad financiera. La presión es enorme, tanto a nivel nacional como internacional. Los inversionistas, nacionales y extranjeros, observan con atención los próximos movimientos de la CNBV, buscando señales claras de que sus capitales están seguros y que el sistema financiero mexicano es un terreno fértil para la inversión.

La venta del negocio fiduciario de CI Banco a Multiva y de Intercam a Kapital Bank son piezas clave en este complejo rompecabezas. Estas transacciones, si bien pueden ser interpretadas como una señal de reestructuración y saneamiento, también plantean interrogantes sobre el futuro de estas instituciones y su rol dentro del sistema financiero. Cabrera Mendoza deberá supervisar de cerca estos procesos, garantizando que se realicen con la máxima transparencia y que contribuyan a fortalecer, y no a debilitar, la estabilidad del sector.

El reto que tiene por delante Ángel Cabrera Mendoza no es menor. Debe actuar con rapidez y decisión para implementar las reformas necesarias y demostrar que la CNBV está a la altura de las circunstancias. El futuro del sistema financiero mexicano, y en gran medida la confianza en la economía del país, dependen en gran parte de su capacidad para liderar este proceso de transformación. El tiempo dirá si está preparado para asumir esta responsabilidad histórica. Mientras tanto, la comunidad financiera, los inversionistas y la ciudadanía en general, esperan con expectación los primeros pasos de la nueva administración. La tarea es ardua, pero la necesidad de cambio es innegable. La estabilidad y la credibilidad del sistema financiero mexicano están en juego.

Fuente: El Heraldo de México