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25 de agosto de 2025 a las 14:10

Guía para sobrevivir a un sismo

La tierra tiembla bajo nuestros pies, un recordatorio constante de la naturaleza sísmica de México. A diario, el Servicio Sismológico Nacional registra temblores, la mayoría imperceptibles, susurros de la tierra que nos recuerdan la fuerza latente bajo la superficie. Pero la memoria colectiva guarda la cicatriz de los grandes sismos, el del 85, el del 2017, y la inquietud persiste: ¿estaremos preparados para el próximo? La prevención, esa palabra clave, es el escudo que nos protege, la herramienta que nos permite enfrentar la incertidumbre.

En este contexto, la preparación se convierte en una responsabilidad compartida. Desde El Heraldo de México, hemos consultado a expertos en Protección Civil para ofrecerte una guía completa, un mapa para navegar la eventualidad de un sismo. Porque la seguridad, tuya y de tus seres queridos, es la prioridad.

Comencemos por el hogar, ese espacio que debe ser nuestro refugio. Guillermo Ayala, director de Alerta Temprana y especialista en Protección Civil, enfatiza la importancia del Plan Familiar de Protección Civil. Imaginemos un mapa de nuestra casa, marcando las rutas de evacuación, los puntos de reunión, las responsabilidades de cada integrante. Visualicemos las zonas seguras, esos rincones que nos protegerán: esquinas alejadas de ventanas, bajo estructuras resistentes. Y en el exterior, espacios abiertos, lejos de postes y edificios, potenciales peligros en un sismo.

La mochila de emergencia, un salvavidas en medio del caos: agua, alimentos no perecederos, una linterna que ilumine la incertidumbre, un radio con baterías para mantenernos informados, un botiquín para las primeras atenciones, copias de documentos importantes y, para quienes padecen enfermedades crónicas, medicamentos suficientes para al menos tres días. Un pequeño universo de provisiones que nos brindará autonomía en las horas cruciales.

La seguridad estructural también juega un papel fundamental. Imaginemos nuestros hogares, ¿están los libreros y repisas bien fijados? ¿Los muebles pesados asegurados a la pared? ¿Conocemos la ubicación de las llaves de gas, agua y electricidad? Detalles que pueden marcar la diferencia. En oficinas, escuelas y edificios públicos, la ley exige un programa interno de Protección Civil. Identifiquemos a las brigadas de evacuación, primeros auxilios y comunicación, los rostros que nos guiarán en la emergencia.

Carlos Valdés González, investigador de la UNAM, nos alerta sobre un peligro latente: los tanques estacionarios de gas. Asegurémonos de que sus bases estén firmemente atornilladas. Un movimiento sísmico puede romper la tubería, provocar una fuga, desencadenar un incendio o una explosión.

Mantener la calma, un consejo que resuena con la voz de Guillermo Ayala. El pánico es un enemigo que nos paraliza, nos impide actuar con claridad. Correr, gritar, intentar usar los elevadores, acciones que amplifican el peligro. Si la alerta sísmica nos sorprende en un piso inferior al tercero, podemos evacuar. En niveles superiores, el repliegue en las zonas seguras previamente identificadas es la mejor estrategia.

En la calle, la prioridad es alejarse de edificios, balcones, ventanas y cableado eléctrico. Si viajamos en automóvil, encendamos las intermitentes, detengámonos gradualmente, evitando quedar bajo puentes o estructuras. En el transporte público, confiemos en los protocolos establecidos. El Metro y el Metrobús reciben la señal de alerta y disminuyen la velocidad para detenerse en la estación más cercana. Sigamos las indicaciones del personal, la calma es nuestra aliada.

Después del sismo, llega el momento de evaluar los daños, auxiliar a quienes lo necesiten. No regresemos a nuestra vivienda sin la autorización de las autoridades, evitemos las construcciones dañadas. Informémonos a través de fuentes oficiales, los rumores solo amplifican el caos. Y no olvidemos nuestra salud emocional: buscar apoyo psicológico es tan importante como atender lo material.

Nuestras mascotas, miembros de la familia que dependen de nosotros. Incluyamos alimento y agua para ellos en la mochila de emergencia. Si permanecen solos durante el día, asegurémonos de que tengan suficiente comida y agua, que estén en un espacio seguro, lejos de objetos que puedan caer.

El Simulacro Nacional, un ejercicio vital que nos recuerda la importancia de la preparación. Practiquemos las rutas de evacuación, acordemos puntos de encuentro, evaluemos nuestros tiempos de reacción. La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil ofrece en su página web el formato del Plan Familiar de Protección Civil, una herramienta que podemos adaptar a nuestras necesidades. La prevención es una tarea continua, un compromiso con nuestra seguridad y la de quienes amamos.

Fuente: El Heraldo de México