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7 de agosto de 2025 a las 02:25
Indignación: Hombre usa Llama Eterna para encender cigarro
La llama eterna bajo el Arco del Triunfo, símbolo perenne del sacrificio y la memoria de los caídos en la Gran Guerra, ha sido profanada. Un acto que ha conmocionado a Francia y ha despertado la indignación de la nación. Las imágenes, captadas por una turista atónita, muestran la frialdad con la que un hombre, identificado como ciudadano marroquí de 47 años, se acerca al monumento, enciende un cigarrillo en la llama sagrada y se aleja con una aparente indiferencia, casi como si se tratara de un mechero cualquiera. Es un gesto que hiere profundamente el sentir de un país, un ultraje a la memoria colectiva y a la historia que esa llama representa.
Lo más desconcertante, quizás, es la pasividad de los presentes. Testigos mudos de una ofensa a la nación, observaron la escena sin intervenir. ¿Indiferencia? ¿Miedo? ¿Incomprensión ante la magnitud del acto? La respuesta se pierde en las conjeturas, pero la imagen de esa inacción se suma al peso de la indignación. Se genera una pregunta inevitable: ¿Hemos perdido el respeto por nuestros símbolos, por la memoria de quienes dieron su vida por la patria? Este incidente nos obliga a reflexionar sobre el valor de la memoria histórica y la importancia de transmitirla a las nuevas generaciones.
El ministro Bruno Retaileau confirmó la detención del individuo, mientras que Patricia Miralles, delegada para la Memoria y los Veteranos, no ha escatimado palabras para condenar el acto, calificándolo de "indecente e inaceptable", un insulto no solo a los caídos, sino a toda la nación. Sus palabras reflejan el sentir generalizado de una sociedad herida en lo más profundo de su identidad. Se espera un castigo ejemplar, que sirva no solo para sancionar al responsable, sino también como un mensaje contundente: la memoria de los héroes no puede ser mancillada impunemente.
La turista que grabó el video, aún conmocionada, aseguró que el hombre no parecía estar bajo los efectos del alcohol ni de las drogas. Actuó con plena consciencia, incluso con una especie de orgullo, según su testimonio. Este detalle añade un matiz aún más perturbador al incidente. No se trata de un acto impulsivo o producto de una alteración del juicio, sino de una profanación deliberada, una falta de respeto consciente y calculada.
Este acto sacrílego nos recuerda la fragilidad de la memoria. La llama eterna, reavivada cada noche por la asociación "La Llama bajo el Arco del Triunfo, Llama de la Nación", no es solo un fuego que arde, sino un símbolo vivo del sacrificio y la entrega. Un símbolo que debemos proteger y honrar, no solo con ceremonias y discursos, sino con un respeto profundo y cotidiano. Este incidente debe servir como una llamada de atención, una invitación a la reflexión sobre el valor de nuestra historia y la importancia de preservar la memoria de quienes nos precedieron. La llama, aunque profanada, sigue ardiendo. Que este acto deleznable sirva para avivar, aún más, la llama del recuerdo y el respeto en nuestros corazones.
Fuente: El Heraldo de México