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1 de agosto de 2025 a las 07:25

¡Adiós papada! Kim K te ayuda a lucirla.

La controversia vuelve a rodear a Kim Kardashian y su imperio Skims. Esta vez, el foco de atención es una "faja para papada" que promete esculpir el rostro y eliminar la necesidad de cirugías estéticas. El Seamless Sculpt Face Wrap, con un precio de $1,200 MXN, se ha convertido en el nuevo objeto de deseo (y de debate) en redes sociales. Mientras que la marca lo promociona como el "complemento imprescindible para la rutina nocturna", muchos usuarios lo comparan con un vendaje postoperatorio, cuestionando su utilidad real y la imagen que proyecta.

La prenda, que se ajusta mediante cierres de velcro en la cabeza y la nuca, envuelve la barbilla, mandíbula y mejillas con poliamida, prometiendo un efecto tensor inmediato. A pesar de las críticas, el producto se agotó rápidamente tras su lanzamiento, demostrando el poder de influencia de la Kardashian y la constante búsqueda de la perfección estética. Sin embargo, la polémica está servida. ¿Se trata de una innovación en el cuidado facial o de una estrategia de marketing que promueve estándares de belleza irreales y potencialmente dañinos?

Las redes sociales se han inundado de opiniones divididas. Muchos aplauden la iniciativa de Skims por ofrecer soluciones no invasivas para mejorar la apariencia, mientras que otros critican duramente a Kardashian por fomentar la inseguridad y la obsesión por la belleza superficial. La acusan de promover la idea de que la belleza se encuentra en la perfección artificial, en lugar de abrazar la naturalidad y la diversidad. Algunos incluso la señalan por trivializar procedimientos médicos como la cirugía estética, al presentar una alternativa "fácil" y accesible.

Este no es el primer producto de Skims que genera controversia. Recordemos el lanzamiento, a principios de 2025, del short push-up para glúteos, que también fue objeto de críticas por promover estándares de belleza inalcanzables. La pregunta que surge es: ¿hasta dónde llega la responsabilidad de las figuras públicas e influencers en la promoción de productos que pueden afectar la autoestima y la percepción corporal de sus seguidores? ¿Deberían priorizar la salud y el bienestar por encima del beneficio económico?

El debate está abierto, y la "faja para papada" de Kim Kardashian se ha convertido en el nuevo símbolo de la compleja relación entre la belleza, la tecnología y la influencia de las redes sociales. ¿Es una solución innovadora o una herramienta más para alimentar la inseguridad? La respuesta, como siempre, está en la mirada de cada uno. Lo que es innegable es que Kim Kardashian, una vez más, ha logrado poner el dedo en la llaga de la conversación sobre la belleza y los cánones estéticos en la era digital. Y mientras tanto, su imperio sigue creciendo.

Fuente: El Heraldo de México