La tranquilidad de la noche oaxaqueña se vio abruptamente interrumpida. Lo que prometía ser una noche de celebración y alegría, con la música del Grupo Señal de la Sierra resonando en el Auditorio Municipal de Santiago Amoltepec, se transformó en una escena de pánico y caos. La madrugada del viernes 25 de julio, en plena feria patronal, el sonido de la música fue opacado por el estallido de las balas. Un baile tradicional, parte del corazón cultural de Oaxaca, manchado por la violencia.

Imaginen la escena: familias reunidas, parejas bailando, amigos disfrutando de la música, y de repente, el terror. Los asistentes, sorprendidos por el repentino intercambio de disparos, corrieron despavoridos en busca de refugio. Algunos se arrojaron al suelo, buscando una protección que parecía inexistente. Otros, con la adrenalina recorriendo sus venas, se escondieron detrás de las estructuras del auditorio, con el corazón latiendo a mil por hora, esperando que la pesadilla terminara. El vídeo que circula en redes sociales, testimonio crudo de los hechos, muestra la desesperación y el miedo en los rostros de los presentes. Una imagen que contrasta fuertemente con la festividad que se vivía momentos antes.

Según las versiones que circulan en los medios locales, una discusión, un desacuerdo, un roce entre algunos asistentes, escaló rápidamente hasta convertirse en un violento enfrentamiento armado. ¿Qué pudo haber desatado semejante reacción? ¿Un conflicto antiguo reavivado por el calor de la fiesta? ¿Una simple diferencia de opiniones que se tornó incontrolable? Las preguntas flotan en el aire, mientras las autoridades investigan las causas de este lamentable suceso.

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) del estado de Oaxaca confirmó la intervención de la Policía Estatal tras recibir el reporte de las detonaciones, aproximadamente a las 0:45 horas del viernes. El auditorio, convertido en escenario de violencia, fue testigo de una serie de disparos que resonaron en distintos puntos del lugar, provocando la estampida de los asistentes.

En medio del caos, un hecho singular: el tesorero municipal, Armando Roque, resultó herido de bala en el pie izquierdo. Sin embargo, las autoridades aclararon que la lesión fue accidental, producto de un disparo de su propia arma. Afortunadamente, Roque fue trasladado a un hospital de la región y se encuentra fuera de peligro, aunque este incidente añade una capa adicional de complejidad a la ya de por sí turbia situación.

Ahora, la SSPC tiene la tarea de esclarecer los hechos. ¿Quiénes fueron los responsables de iniciar el tiroteo? ¿Qué motivaciones se esconden detrás de este acto de violencia? La investigación en curso deberá responder estas interrogantes, mientras la comunidad de Santiago Amoltepec busca recuperar la tranquilidad tras una noche que quedará grabada en su memoria colectiva. El refuerzo de la presencia policial en la zona, anunciado por las autoridades, busca brindar una sensación de seguridad a los habitantes, aunque la cicatriz emocional de este evento seguramente tardará en sanar. Queda la esperanza de que este incidente sirva como un llamado a la reflexión sobre la importancia de la resolución pacífica de conflictos y la necesidad de erradicar la violencia en todas sus formas.