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24 de julio de 2025 a las 05:30
Texas: ¿5,000 inmigrantes detenidos?
La sombra de la incertidumbre se cierne sobre miles de inmigrantes mientras el gobierno de Estados Unidos, bajo la administración Trump, continúa su cruzada contra la inmigración irregular. La construcción de un nuevo mega-centro de detención en El Paso, Texas, con capacidad para albergar a 5,000 personas, enciende las alarmas y reaviva el debate sobre las políticas migratorias de la nación. Este “campo de lados blandos”, como lo denomina el Departamento de Defensa, evoca imágenes de tiendas de campaña bajo el implacable sol texano, un escenario que contrasta drásticamente con la imagen de la “tierra de las oportunidades”. La adjudicación de un contrato millonario a Acquisition Logistics, una empresa con sede en Virginia, para la construcción de esta instalación, no hace más que confirmar la firme determinación del gobierno de incrementar la capacidad de detención de inmigrantes.
Este nuevo centro de detención se suma a una creciente red de instalaciones similares que han surgido a lo largo del país, como el recientemente construido “Alligator Alcatraz” en los Everglades de Florida, un nombre que, por sí solo, habla de las condiciones de aislamiento y precariedad que enfrentan los detenidos. La inyección de miles de millones de dólares destinados a la detención de inmigrantes, provenientes de una ley impulsada por la administración Trump, deja en evidencia la prioridad que se le otorga a esta estrategia, prioridad que muchos critican por considerarla inhumana e ineficaz.
La cifra es impactante: 76.5 mil millones de dólares adicionales para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en los próximos cinco años. Un aumento descomunal, casi diez veces su presupuesto actual, que plantea serias interrogantes sobre la proporcionalidad de la respuesta frente al fenómeno migratorio. ¿Es realmente necesario destinar semejante cantidad de recursos a la detención, en lugar de invertir en programas de integración o en abordar las causas raíz de la migración?
El caso de Kilmar Abrego García, el salvadoreño deportado erróneamente a pesar de contar con un permiso de trabajo y presentarse regularmente ante las autoridades migratorias, ilustra las fallas y las injusticias que a menudo acompañan a estas políticas. La jueza Paula Xinis, al ordenar al gobierno que notifique con antelación cualquier intención de deportar a Abrego García, y al restablecer su supervisión federal, ha emitido un claro mensaje: el debido proceso y el respeto a los derechos humanos deben prevalecer, incluso en el contexto de una política migratoria restrictiva. La historia de Abrego García, un hombre atrapado en las garras de un sistema aparentemente inflexible, se ha convertido en un símbolo de la lucha de muchos inmigrantes que buscan un futuro mejor en Estados Unidos, y que se enfrentan a la incertidumbre y al miedo a la deportación.
La construcción de este nuevo mega-centro de detención en Texas, junto con el incremento en el presupuesto del ICE, no solo representan una escalada en las políticas de detención de inmigrantes, sino que también reflejan una tendencia preocupante hacia la criminalización de la migración. ¿Se está convirtiendo Estados Unidos en un país que prioriza el encierro y la deportación por encima de la búsqueda de soluciones humanitarias y eficaces para el fenómeno migratorio? El debate está abierto, y la respuesta que se dé a esta pregunta tendrá un impacto profundo en el futuro de miles de personas que buscan refugio y oportunidades en el país.
Fuente: El Heraldo de México