
24 de julio de 2025 a las 05:45
Influencer libre tras 15 puñaladas
La sombra de la incertidumbre se cierne sobre el caso de Valentina Gilabert, tras la sorpresiva liberación de Marianne “N”, la joven acusada de propinarle quince puñaladas en un ataque que conmocionó a la opinión pública. Cinco meses después de aquel violento episodio ocurrido en un domicilio particular, la presunta agresora ha abandonado el Centro Especializado para Mujeres Adolescentes, dejando tras de sí un torbellino de interrogantes y una profunda herida en la búsqueda de justicia.
La noticia, difundida inicialmente por la periodista Lupita Juárez a través de la red social X, ha generado una oleada de reacciones entre la ciudadanía, que exige transparencia y una explicación convincente por parte de las autoridades capitalinas. El silencio oficial contrasta con el clamor popular, alimentando la especulación y la desconfianza en un sistema judicial que, a ojos de muchos, parece fallar a las víctimas.
Recordemos que los hechos se remontan a un encuentro en Park Pedregal, en la alcaldía Álvaro Obregón, donde Marianne “N” habría citado a Valentina Gilabert tras descubrir una supuesta relación amorosa entre la víctima y su expareja. La furia desatada en ese encuentro culminó en un brutal ataque que dejó a Valentina luchando por su vida.
Mientras la justicia sigue su lento curso, la liberación de Marianne “N” siembra dudas sobre la solidez del caso y la posibilidad de que la joven eluda las consecuencias de sus actos. Si bien se ha argumentado que la acusada esperará la resolución del proceso en libertad, la falta de información oficial deja un vacío informativo que alimenta la indignación y la incertidumbre.
En las últimas semanas, surgieron versiones contradictorias sobre la conducta de Marianne “N” durante su reclusión. Un perfil de TikTok, supuestamente gestionado por internas del penal femenil de Santa Martha Acatitla, describía a la joven como una reclusa ejemplar, participativa en las actividades del centro y con una actitud tranquila y cordial. Esta imagen contrasta radicalmente con la brutalidad del ataque que se le imputa, generando aún más confusión y desconfianza en torno al caso.
¿Cómo se explica esta aparente dualidad? ¿Es posible que una persona capaz de infligir semejante violencia se transforme en una reclusa modelo en cuestión de meses? ¿O acaso se trata de una estrategia para influir en la opinión pública y obtener un trato favorable por parte de la justicia? Estas son solo algunas de las preguntas que resuenan en la mente de quienes siguen de cerca este proceso, esperando que la verdad salga a la luz y que Valentina Gilabert, finalmente, obtenga la justicia que merece.
El caso de Valentina Gilabert no es un caso aislado. Es un reflejo de la violencia que enfrentan muchas mujeres en nuestra sociedad y de la necesidad urgente de fortalecer los mecanismos de protección y garantizar que las agresoras sean juzgadas con todo el rigor de la ley. La liberación de Marianne “N”, lejos de cerrar el capítulo, abre un nuevo interrogante en esta historia de dolor e impunidad. La sociedad exige respuestas, exige justicia para Valentina.
Fuente: El Heraldo de México