
23 de julio de 2025 a las 17:35
Celebra 700 años de México-Tenochtitlán sin timbre postal
La cancelación de la emisión del timbre conmemorativo por los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlán ha generado una oleada de reacciones y debates en la esfera pública. Si bien la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, había elogiado la pieza como una joya artística y documental, capaz de llevar la memoria de la ciudad lacustre a cada rincón del país, la decisión de la presidenta Sheinbaum Pardo ha dejado interrogantes en el aire.
¿Cuáles fueron las razones detrás de esta cancelación? La falta de una explicación oficial ha dado pie a especulaciones que van desde cuestiones presupuestales hasta discrepancias en torno al diseño del timbre. Algunos analistas sugieren que la decisión podría estar relacionada con la priorización de otros proyectos conmemorativos, mientras que otros apuntan a posibles desacuerdos entre el gobierno local y el federal.
Lo que sí es innegable es el valor simbólico que representaba este timbre. Como bien lo señaló Brugada, la imagen del águila posada sobre el nopal, devorando una serpiente, es mucho más que un simple escudo: es la representación del origen, la fuerza y lo sagrado. Es un recordatorio de la grandeza de Tenochtitlán, no solo como centro político y cultural de Mesoamérica, sino también como símbolo de resistencia y esplendor a lo largo de los siglos. Un símbolo que, además, portamos en el corazón de nuestra bandera nacional.
La directora del Servicio Postal Mexicano, Violeta Giorgina Abreu González, había destacado la innovación que representaba la inclusión de un código QR en el diseño del timbre, permitiendo el acceso a información adicional sobre esta importante conmemoración. Esta característica, pensada para acercar la historia a las nuevas generaciones, se pierde con la cancelación de la emisión.
Más allá de la controversia, la cancelación del timbre nos invita a reflexionar sobre la importancia de preservar la memoria histórica. ¿Qué otros mecanismos podemos utilizar para difundir y conmemorar los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlán? ¿Cómo podemos asegurar que las futuras generaciones conozcan y valoren la riqueza de nuestro pasado?
La conversación está abierta. Es fundamental que las autoridades brinden una explicación clara y transparente sobre las razones detrás de esta decisión. Asimismo, es necesario explorar nuevas alternativas para conmemorar este hito histórico y asegurar que la memoria de Tenochtitlán siga viva en el corazón de todos los mexicanos. La historia no se cancela, se escribe día a día. Y es nuestra responsabilidad como ciudadanos asegurarnos de que se escriba con tinta indeleble. La cancelación del timbre, paradójicamente, ha amplificado la necesidad de recordar y honrar nuestras raíces. ¿Qué propuestas creativas podemos generar para lograrlo? El futuro de la memoria está en nuestras manos.
Fuente: El Heraldo de México