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24 de julio de 2025 a las 02:15

¡Ayuda a Blanca, no a los estafadores!

La angustia de una madre se multiplica cuando la solidaridad se convierte en el blanco de oportunistas. Blanca Karina González Amaro, quien vela día y noche por la salud de su pequeña hija Zoé en el Hospital "Carlos Canseco" de Tampico, enfrenta una batalla no solo contra la hidrocefalia y una infección bacteriana que aquejan a su bebé, sino también contra la deshumanización de quienes se aprovechan de su situación. Imaginen el dolor de esta madre al descubrir que, mientras lucha incansablemente por la vida de su hija, personas sin escrúpulos utilizan su historia para lucrar, difundiendo cuentas bancarias falsas en redes sociales y solicitando donaciones que nunca llegarán a su destino.

Zoé, de apenas un año y ocho meses, necesita el antibiótico Meropenem para combatir la bacteria que la afecta. Su madre, originaria del Ejido "Nuevo Amanecer" en Aldama, Tamaulipas, se encuentra en el hospital desde principios de junio, incurriendo en gastos considerables que se suman a la preocupación por la salud de su hija. La pequeña ha sido sometida a una operación, tras la cual la herida se infectó, prolongando su estancia en el nosocomio. Este ir y venir entre altas médicas y recaídas ha generado un desgaste emocional y económico para Blanca Karina, quien se ve obligada a desmentir las falsas campañas de recaudación que circulan en internet.

La señora González Amaro hace un llamado a la solidaridad, pero con la cautela que impone la amarga experiencia. Pide que cualquier ayuda se canalice directamente a través de ella, comunicándose al teléfono 836 104 6598. También ha proporcionado sus datos bancarios, insistiendo en la importancia de verificar la información antes de realizar cualquier donación. “Están lucrando con la información de mi hija”, denuncia con la voz quebrada por la impotencia. Ha intentado contactar a las páginas que difunden las cuentas falsas, una tarea titánica que le roba tiempo y energía que preferiría dedicar al cuidado de Zoé.

Esta situación pone de manifiesto la vulnerabilidad de las familias que enfrentan enfermedades graves y la necesidad de ser cautelosos ante las solicitudes de ayuda en redes sociales. La historia de Blanca Karina y Zoé nos invita a reflexionar sobre la importancia de la empatía y la responsabilidad al compartir información en internet. No permitamos que la desinformación y el oportunismo empañen la genuina solidaridad de quienes desean extender una mano amiga. Informémonos, verifiquemos y canalicemos nuestra ayuda de manera responsable para que llegue a quienes realmente la necesitan. En este caso, a una madre que lucha con valentía por la salud de su hija y que, además, debe enfrentar la crueldad de quienes se aprovechan de su dolor. Apoyemos a Blanca Karina, no a los impostores. Confirmemos la información antes de donar. Juntos podemos marcar la diferencia entre la desesperanza y la esperanza.

Fuente: El Heraldo de México