La incertidumbre se cierne sobre miles de familias mexicanas en Estados Unidos. Las recientes redadas migratorias, que han sacudido diversas ciudades del país norteamericano, han encendido las alarmas y sembrado la angustia en la comunidad inmigrante. En medio de este clima de tensión, el Gobierno de México ha alzado la voz, prometiendo protección y apoyo a sus connacionales. No son meras palabras, sino un compromiso tangible que se traduce en acciones concretas.

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), a través de su extensa red consular, ha desplegado una estrategia integral para atender esta situación. Roberto Velasco, jefe de la Unidad para América del Norte de la SRE, ha sido enfático: México condena enérgicamente cualquier acto de violencia y exige respeto irrestricto a la dignidad humana. Se ha establecido una línea de comunicación directa y permanente con las autoridades estadounidenses para garantizar que cualquier procedimiento migratorio se apegue al debido proceso, un principio fundamental que protege los derechos de todos, sin importar su origen o estatus migratorio.

La reunión virtual sostenida por Velasco con los representantes consulares en Estados Unidos no es un hecho aislado, sino una muestra del firme compromiso del gobierno mexicano con su diáspora. Se han girado instrucciones precisas desde la presidencia, a cargo de Claudia Sheinbaum, y la cancillería, liderada por Juan Ramón de la Fuente, para reforzar la atención y el acompañamiento a los mexicanos en el exterior. No se trata solo de brindar asistencia legal, sino también de ofrecer orientación, apoyo emocional y un sentido de comunidad en momentos de vulnerabilidad.

La red consular mexicana en Estados Unidos se ha convertido en un verdadero baluarte para los migrantes. Día a día, sus funcionarios trabajan incansablemente para brindar asesoría legal, tramitar documentos, facilitar la comunicación con familiares en México y, sobre todo, ofrecer un hombro amigo en momentos de dificultad. Se trata de una labor titánica que requiere no solo de recursos, sino también de una profunda vocación de servicio y un compromiso inquebrantable con los derechos humanos.

El mensaje del gobierno mexicano es claro y contundente: no están solos. Se hará todo lo que esté al alcance, dentro del marco jurídico internacional y las leyes estadounidenses, para proteger a los connacionales. Este compromiso se materializa en la constante comunicación con las autoridades estadounidenses, en la búsqueda de soluciones justas y en el fortalecimiento de la red consular. Más allá de las diferencias políticas o ideológicas, la defensa de los derechos humanos y la protección de los connacionales en el exterior son principios innegociables que guían la política exterior de México. La comunidad mexicana en Estados Unidos puede tener la certeza de que su gobierno está a su lado, trabajando incansablemente para garantizar su bienestar y seguridad. La lucha por una migración digna y respetuosa continúa, y México está al frente de esta batalla.