
13 de junio de 2025 a las 04:35
Maestro mexicano desafía la gravedad cero
La historia de Samuel Eduardo Castillo Carlos, un maestro de primaria de Playa del Carmen, Quintana Roo, es una verdadera inspiración. Imaginen la escena: un día cualquiera de abril, Samuel recibe una videollamada que cambiaría su vida para siempre. Del otro lado de la pantalla, una figura icónica: Katya Echazarreta, la primera mujer mexicana en viajar al espacio. La emoción debió ser indescriptible cuando Katya le anunció que había sido seleccionado para un entrenamiento en microgravedad, un paso gigantesco hacia su sueño de experimentar la ingravidez del cosmos.
Este sueño, que para muchos podría parecer inalcanzable, se hizo realidad gracias al programa "Vuela Conmigo en Gravedad Cero" de Space for Humanity, una organización que busca ampliar la visión de líderes a través de la experiencia espacial. Samuel, a pesar de no tener una formación aeroespacial, demostró que la pasión y el deseo de descubrir el universo pueden romper cualquier barrera. Su amor por la enseñanza y su compromiso con sus alumnos de la Escuela Primaria José Fernández de Lizardo son la fuerza impulsora detrás de esta increíble aventura.
La oportunidad llegó gracias a las redes sociales, donde Katya Echazarreta publicó la convocatoria. La pregunta clave que debían responder los aspirantes era: "Si tuvieras la oportunidad de ir al espacio, ¿cómo lo utilizarías en beneficio de la Tierra?". La respuesta de Samuel, llena de convicción y visión, fue la que lo catapultó a esta experiencia única. Propuso utilizar la credibilidad de un viaje espacial para impulsar la creación de un centro educativo STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas), un espacio donde los niños pudieran explorar el universo, investigar, jugar, y aprender del error. Un lugar para formar agentes de cambio, independientemente de si sus caminos los lleven o no a las estrellas.
Su visión no se detuvo ahí. Samuel también planteó la necesidad de reformas educativas basadas en la experiencia del aula y la interacción directa con los estudiantes, reformas que trascendieran el papel y construyeran una educación más sólida, humana y significativa. Su compromiso con la educación es palpable en cada palabra, y la oportunidad de experimentar la microgravedad se convirtió en una herramienta para impulsar este cambio.
El 1 de junio de 2025, Samuel, junto a otros ocho participantes de diferentes países, abordó el avión B-727 modificado para experimentar la microgravedad. Acompañados por Katya Echazarreta, la astronauta Sian Proctor, la investigadora Amanda Nguyen y la divulgadora científica Emily Calandrelli, vivieron la magia de flotar en el aire, simulando las condiciones del espacio exterior. Durante esos minutos, Samuel no solo cumplió un sueño personal, sino que también se convirtió en un ejemplo para sus alumnos y para todos aquellos que se atreven a soñar en grande. Su historia nos recuerda que la pasión, la dedicación y el compromiso con un propósito pueden llevarnos a lugares inimaginables, incluso a tocar las estrellas. La experiencia de Samuel es un testimonio de que la educación puede transformar vidas y que la búsqueda del conocimiento no tiene límites.
Fuente: El Heraldo de México