Un mar de jóvenes, un millón cincuenta y ocho mil quinientos setenta y cinco voluntarios, inundaron las calles de México durante la Jornada Nacional de Tequios: Por la paz y contra las adicciones. Imaginen la energía, el entusiasmo, la fuerza transformadora de esta marea humana proveniente de todos los rincones del país, desde las aulas de las Universidades Tecnológicas y Politécnicas, el Tecnológico Nacional de México, las Escuelas Normales, las Instituciones Públicas de Educación Superior, hasta la virtualidad de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia de México. Todos unidos, con un objetivo común: construir un México en paz, un México libre de adicciones.

Más allá de las cifras, impresionantes sin duda, se esconde una realidad aún más poderosa: la reafirmación del humanismo mexicano que late en el corazón de la Nueva Escuela Mexicana. No se trató simplemente de limpiar calles, remover escombros, pintar muros o plantar jardines, aunque estas acciones, por sí solas, ya encierran un profundo valor comunitario. Se trató, sobre todo, de sembrar la semilla de la paz y la prevención en el terreno fértil de la juventud.

Los Comités de Jóvenes por la Transformación, verdaderos artífices del cambio, organizaron eventos deportivos y culturales en más de 10 mil puntos, distribuidos a lo largo y ancho de 680 municipios. Piensen en la logística, la coordinación, la pasión necesarias para llevar a cabo semejante hazaña. Desde las pequeñas comunidades rurales hasta los grandes centros urbanos, el eco de la música, el clamor de la afición, el bullicio de la actividad conjunta resonaron con la fuerza de un mensaje claro: la juventud mexicana está comprometida con la transformación de su país.

Pero la Jornada Nacional de Tequios no se limitó a las acciones físicas. El verdadero cambio se opera desde adentro, desde la conciencia individual. Por ello, se implementaron charlas informativas, talleres de prevención y actividades recreativas que, más allá de informar sobre los peligros de las adicciones, ofrecieron a los jóvenes alternativas reales para canalizar su energía, su creatividad y su talento. El arte, la música, el deporte, se convirtieron en herramientas poderosas para construir un futuro libre de drogas.

La estrategia "Atención a las Causas y Cultura de Paz", impulsada por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y coordinada con el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE), enmarca esta iniciativa titánica que demuestra, una vez más, la importancia de la participación ciudadana en la construcción de un país mejor. No se trata de esperar a que las soluciones lleguen de arriba, sino de tomar las riendas del propio destino, de trabajar juntos, codo con codo, para tejer una red de solidaridad y esperanza. La Jornada Nacional de Tequios es un ejemplo inspirador de lo que podemos lograr cuando unimos fuerzas, cuando creemos en el poder transformador de la juventud y cuando nos comprometemos con la construcción de un México en paz.