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12 de junio de 2025 a las 09:15

Trump enciende LA: ¿Racismo o política?

La nueva arremetida del gobierno estadounidense contra México, personificada en las acusaciones infundadas contra la Dra. Claudia Sheinbaum, nos obliga a reflexionar sobre la recurrente estrategia de Washington de buscar chivos expiatorios externos para sus problemas internos. Es un viejo truco, una cortina de humo que pretende desviar la atención de sus propias fallas y contradicciones. En este caso, la secretaria Noem, actuando como simple vocera de la administración Trump, acusa a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México de “alentar” las protestas en Los Ángeles. Una acusación no solo absurda, sino también peligrosa, que busca criminalizar la legítima defensa de los derechos humanos de los migrantes.

¿Qué hay detrás de esta nueva embestida? Mientras la administración Trump reprime con violencia las protestas, utilizando a la Guardia Nacional, Marines y fuerzas antimotines contra manifestantes que claman por un trato justo, se atreven a señalar a México como el instigador de la violencia. Se trata de una cínica inversión de la realidad. Las protestas son la consecuencia directa de las políticas migratorias represivas y discriminatorias implementadas por el propio gobierno estadounidense, políticas que recuerdan los oscuros episodios de la historia, teñidos de racismo y xenofobia. La Dra. Sheinbaum, por su parte, se ha limitado a expresar su preocupación por la seguridad de los mexicanos en Estados Unidos y a abogar por la resolución pacífica del conflicto. Su postura, lejos de alentar la violencia, busca precisamente lo contrario: garantizar el respeto a los derechos humanos de nuestros connacionales.

Resulta aún más preocupante la coincidencia de estas acusaciones con las graves revelaciones de Elon Musk sobre la presunta vinculación del presidente Trump con Jeffrey Epstein. ¿Se trata de una mera casualidad? O, por el contrario, ¿estamos ante un intento desesperado de desviar la atención mediática de un escándalo que podría tener consecuencias devastadoras para la actual administración? La sospecha es inevitable. Y mientras la opinión pública se distrae con la supuesta injerencia mexicana, las acusaciones contra Trump quedan relegadas a un segundo plano.

En este contexto, la actitud de algunos sectores de la oposición mexicana resulta lamentable. En lugar de solidarizarse con sus compatriotas y condenar la represión en Estados Unidos, se suman al coro de voces que atacan a la Dra. Sheinbaum. Priorizan sus intereses políticos por encima del bienestar de los mexicanos en el exterior. Su silencio cómplice ante la violación de los derechos humanos es una muestra de la profunda desconexión que existe entre algunos políticos y la realidad que viven millones de mexicanos.

Afortunadamente, no todos callan. Figuras como la alcaldesa Clara Brugada y otros actores políticos han expresado su respaldo a la Dra. Sheinbaum y han condenado enérgicamente la represión en Estados Unidos. Su postura es un ejemplo de la solidaridad y el compromiso que deben guiar la actuación de nuestros representantes.

La situación actual nos exige estar alerta. No podemos permitir que la administración Trump utilice a México como chivo expiatorio para sus propios problemas. Debemos defender la soberanía nacional y exigir respeto para nuestros connacionales. La unidad y la solidaridad son nuestras mejores armas frente a la adversidad. Y mientras el gobierno estadounidense persiste en su política de discriminación y represión, nosotros debemos alzar la voz y exigir justicia para todos los migrantes. La lucha por los derechos humanos no reconoce fronteras.

Fuente: El Heraldo de México