En un acto que promete repercutir directamente en la mesa de las familias mexicanas, la presidenta Claudia Sheinbaum encabezó la firma del Acuerdo Nacional Maíz-Tortilla en Palacio Nacional. Este histórico acuerdo, rubricado junto a productores, comercializadores, harineros, nixtamaleros y tortilleros, busca fortalecer cada eslabón de la cadena productiva del maíz y la tortilla, con la ambiciosa meta de no solo estabilizar, sino también reducir el precio del kilo de tortilla en los próximos meses.

La reunión, que se extendió por aproximadamente hora y media, fue el escenario de intensas negociaciones y un diálogo constructivo entre los diferentes actores de este sector vital para la economía y la alimentación del país. Se palpaba en el ambiente la importancia de este encuentro, donde se trazaron las líneas estratégicas para lograr una disminución de hasta un 10% en el precio del kilo de tortilla a lo largo del sexenio. Un objetivo ambicioso, sí, pero alcanzable mediante la colaboración y el compromiso de todos los involucrados, según lo expresado por la propia presidenta Sheinbaum.

Este acuerdo no se limita a una simple promesa. Se basa en un plan concreto y en condiciones específicas acordadas entre las partes, que buscan optimizar la producción y distribución del maíz en todo el territorio nacional. Se trata de un trabajo conjunto para garantizar precios justos, tanto para quienes cultivan la tierra y cosechan el maíz, como para las familias que día a día llevan este alimento fundamental a sus hogares.

La firma de este acuerdo representa un paso significativo hacia la consolidación de una cadena de producción más eficiente y equitativa. Se busca eliminar intermediarios innecesarios que encarecen el producto final, y fomentar la modernización de los procesos de producción, desde el campo hasta el tortillero de la esquina.

El compromiso de la presidenta Sheinbaum con la seguridad alimentaria y la economía familiar se ve reflejado en este acuerdo, que no solo busca impactar en el bolsillo de los mexicanos, sino también en el desarrollo del campo y la dignificación del trabajo de los productores. Se espera que este acuerdo genere un efecto dominó positivo en toda la cadena de valor, impulsando la economía local y regional, y fortaleciendo el sector agroalimentario del país.

La transparencia y la comunicación constante entre las partes serán claves para el éxito de este acuerdo. Se establecerán mecanismos de seguimiento y evaluación para garantizar el cumplimiento de los objetivos planteados y realizar los ajustes necesarios en el camino. El gobierno federal, a través de sus diferentes instancias, se compromete a brindar el apoyo necesario para la implementación de este acuerdo, facilitando el acceso a financiamiento, tecnología y capacitación para los productores.

La tortilla, un alimento arraigado en la cultura e identidad mexicana, se convierte así en el centro de una estrategia integral que busca garantizar su accesibilidad y calidad para todos los mexicanos. El Acuerdo Nacional Maíz-Tortilla es una apuesta por el futuro, una inversión en el bienestar de las familias y un impulso al desarrollo sostenible del país. Se espera que este acuerdo marque un antes y un después en la historia de la producción y consumo de la tortilla en México.