Chiapas se consolida como un ejemplo a seguir en la lucha contra la delincuencia. La reciente reunión entre el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, el fiscal general del estado, Jorge Llaven Abarca, y el secretario de Seguridad del Pueblo, Óscar Alberto Aparicio, no solo confirma la estrecha colaboración entre las autoridades federales y estatales, sino que también subraya los logros alcanzados en materia de seguridad en la entidad. La reducción de más del 19% en delitos de alto impacto, en especial la notable disminución del 51% en homicidios dolosos, es una prueba irrefutable de la efectividad de las estrategias implementadas. Estos resultados no son fruto de la casualidad, sino del trabajo coordinado, la voluntad política y la firme determinación de combatir la delincuencia sin concesiones, bajo los principios de cero corrupción y cero impunidad.

Es importante destacar la importancia de la coordinación interinstitucional. La sinergia entre las Fuerzas Armadas, la Marina, la Guardia Nacional, las autoridades estatales y, crucialmente, la participación ciudadana, ha sido fundamental para alcanzar estos logros. La seguridad no es solo responsabilidad del gobierno, es un compromiso compartido que requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad. La apertura al diálogo y el respaldo decidido del secretario García Harfuch han sido cruciales para fortalecer las acciones en Chiapas. Su experiencia y sensibilidad institucional, reconocidas por las autoridades estatales, son un activo invaluable en la construcción de la paz.

Más allá de las cifras, la estrategia de seguridad en Chiapas se distingue por su enfoque integral. No se limita a la presencia policial en el territorio, sino que incorpora la inteligencia operativa, el seguimiento preciso de objetivos prioritarios y, de manera crucial, la atención directa a las comunidades más vulnerables. Este enfoque, que prioriza la prevención y la atención a las causas raíz de la delincuencia, es clave para la construcción de una paz sostenible. La valentía y el control estricto en cada región del estado, combinados con la cercanía con la gente, demuestran un compromiso real con la seguridad y el bienestar de la población chiapaneca.

El camino hacia la pacificación no es sencillo, requiere constancia, adaptación y un esfuerzo continuo. Sin embargo, los resultados en Chiapas demuestran que es posible avanzar con paso firme cuando existe una voluntad política real, una estrategia integral y, sobre todo, la participación activa de la sociedad. El ejemplo de Chiapas inspira y marca un precedente para otros estados del país. La construcción de la paz es una tarea colectiva que requiere la suma de esfuerzos y la constante evaluación de las estrategias implementadas. Chiapas nos demuestra que la seguridad es alcanzable cuando se trabaja con unidad, determinación y un enfoque centrado en las necesidades de la ciudadanía.