La furia de la naturaleza, encarnada en ciclones tropicales, pone a prueba nuestra capacidad de resiliencia y nos obliga a tomar medidas para proteger a quienes más queremos, incluyendo a nuestros fieles compañeros animales. Perros y gatos, miembros incondicionales de nuestras familias, también son vulnerables ante la embestida de estos fenómenos meteorológicos. Las lluvias torrenciales, los vientos implacables y las inundaciones subsecuentes representan un peligro real para su bienestar, exponiéndolos a una serie de riesgos que debemos conocer y prevenir.

Imaginemos la angustia de un gato, acostumbrado a la seguridad del hogar, atrapado en medio de una inundación, luchando por mantenerse a flote en aguas turbulentas. O la desesperación de un perro, arrastrado por la corriente de un río desbordado, lejos de la protección de su familia. Estos escenarios, aunque dolorosos de imaginar, son una posibilidad real durante el paso de un ciclón tropical. La hipotermia, resultado de una prolongada exposición al agua fría, se convierte en una amenaza latente, agravada por la falta de alimento y el debilitamiento general del animal.

Más allá del peligro inmediato del agua, las inundaciones traen consigo otros riesgos. Los escombros arrastrados por la corriente, desde árboles y rocas hasta objetos contaminados, pueden causar lesiones graves, intoxicaciones e incluso sepultar a nuestras mascotas. El pánico generado por los truenos y relámpagos, amplificado por la situación caótica, puede llevarlos a huir despavoridos, perdiéndose en un entorno desconocido y hostil.

Ante esta realidad, la preparación se convierte en nuestra mejor aliada. El gobierno del estado de Veracruz, consciente de la importancia de proteger a nuestras mascotas, ha emitido una serie de recomendaciones cruciales. Estas medidas, sencillas pero efectivas, pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte para nuestros animales de compañía.

Es fundamental identificar un lugar seguro dentro del hogar donde nuestras mascotas puedan resguardarse durante la tormenta, un espacio elevado y protegido del agua. Contar con un kit de emergencia específico para ellos, con alimento, agua potable, medicamentos, una manta o cama y sus juguetes favoritos, les proporcionará un mínimo de confort en medio de la adversidad. No olvidemos la importancia de la identificación: un microchip o una placa con su nombre y nuestro contacto facilitarán su regreso a casa en caso de extravío.

Evitar amarrarlos durante la tormenta es crucial. Un animal atado no tiene posibilidad de escapar del peligro y se convierte en una víctima indefensa ante la furia de la naturaleza. Del mismo modo, dejarlos solos en patios o terrazas los expone a los elementos y aumenta el riesgo de lesiones o extravío.

Mantener la calma y transmitirles seguridad a nuestras mascotas es fundamental. Nuestro nerviosismo puede contagiarlos y agravar su estrés. Hablarles con suavidad, acariciarlos y mantenerlos cerca, en la medida de lo posible, les ayudará a sobrellevar la situación con mayor tranquilidad.

La prevención, la preparación y la responsabilidad son nuestras mejores herramientas para proteger a nuestros perros y gatos de los peligros de un ciclón tropical. Su bienestar depende de nosotros, y en momentos de crisis, nuestra obligación es garantizar su seguridad y brindarles el cuidado que necesitan. No los dejemos solos ante la tormenta.