La tarde de hoy se tiñe de gris en las costas del Pacífico mexicano. A las 3:00 pm, hora del centro del país, la naturaleza ha dado un paso más hacia la formación de un nuevo ciclón tropical. El hasta ahora Potencial Ciclón Tropical Cuatro-E, cobra fuerza a 615 kilómetros al sur de Acapulco y a 725 kilómetros al sur-sureste de Zihuatanejo, ambos destinos turísticos en el estado de Guerrero, conocidos por sus playas paradisíacas y la calidez de su gente. Imaginen la fuerza de la naturaleza capaz de alterar la tranquilidad de estos parajes.

Con vientos máximos sostenidos de 55 km/h y rachas que alcanzan los 75 km/h, este sistema meteorológico se desplaza hacia el oeste-noroeste a una velocidad de 11 km/h, un avance lento pero constante que mantiene en alerta a las autoridades y a la población. No se trata de un simple chubasco de verano, sino de un fenómeno que amenaza con intensificarse y dejar a su paso importantes precipitaciones.

Las próximas horas serán cruciales. Se pronostican lluvias intensas, de 75 a 150 milímetros, cantidades capaces de inundar calles y avenidas, convirtiendo el paisaje urbano en un escenario de riesgo. A esto se suman rachas de viento de 40 a 60 km/h, suficientes para derribar árboles, afectar el tendido eléctrico y poner en peligro la integridad de las estructuras menos sólidas. Y en el mar, el oleaje se elevará de 3.5 a 4.5 metros, una amenaza para la navegación y las actividades pesqueras, fuente de sustento para muchas familias en la región.

Oaxaca y Guerrero, dos estados con una rica biodiversidad y una cultura ancestral, se encuentran en la primera línea de impacto. Sus habitantes, acostumbrados a la fuerza de la naturaleza, se preparan para enfrentar lo que pueda venir. La solidaridad y la resiliencia son valores arraigados en estas comunidades, que ahora más que nunca deben unirse para protegerse mutuamente.

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN), en colaboración con el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, no ha escatimado esfuerzos en el monitoreo de este fenómeno. Se ha establecido una zona de vigilancia por efectos de tormenta tropical desde Tecpan de Galeana, Guerrero, hasta Manzanillo, Colima, un amplio tramo costero que abarca cientos de kilómetros. La información fluye constantemente, a través de comunicados oficiales, redes sociales y medios de comunicación, para mantener a la población informada y preparada.

La prevención es la clave. Las autoridades de Protección Civil han emitido recomendaciones a la población: asegurar objetos que puedan ser arrastrados por el viento, preparar un kit de emergencia con alimentos no perecederos, agua potable, linternas y un radio de pilas, identificar las rutas de evacuación y los refugios temporales. La prudencia y la obediencia a las indicaciones de las autoridades son fundamentales para salvaguardar la vida.

Las lluvias intensas son un factor de riesgo importante. Pueden provocar deslaves en zonas montañosas, arrastrando consigo tierra, rocas y vegetación, poniendo en peligro a las comunidades que se encuentran en las laderas. También pueden incrementar el nivel de ríos y arroyos, provocando desbordamientos e inundaciones en zonas bajas. La prevención es la mejor arma ante estos escenarios.

Manténgase informado, siga las recomendaciones de las autoridades y proteja a su familia. La naturaleza nos recuerda su poder, y es nuestra responsabilidad estar preparados. En las próximas horas estaremos atentos a la evolución de este fenómeno, informando puntualmente sobre cualquier cambio significativo.