
12 de junio de 2025 a las 18:55
Pompeya: Revelado el fast food romano
¡Un McRomano, por favor! Aunque parezca broma, la comida rápida no es una invención moderna. Mucho antes de las hamburguesas y las patatas fritas, los romanos ya disfrutaban de sus propios "fast food". Imaginen las bulliciosas calles de Pollentia, un importante puerto romano en la isla de Mallorca, hace más de dos mil años. El aroma a carne asada se mezcla con el bullicio de la gente, el ir y venir de los comerciantes y el sonido de las olas rompiendo contra el muelle. En medio de este ajetreo, pequeños establecimientos, conocidos como "popinas", ofrecían un rápido y delicioso tentempié a los transeúntes hambrientos.
Olvídense de los arcos dorados, las popinas eran el equivalente romano del puesto de comida callejera. Recientes excavaciones en Pollentia han desenterrado un verdadero tesoro arqueológico: un pozo de basura de cuatro metros de profundidad, repleto de pistas sobre los hábitos culinarios de nuestros antepasados romanos. Y lo que han encontrado es fascinante. Huesos de animales, principalmente de tordos cantores, nos cuentan una historia de comida rápida, eficiente y, al parecer, ¡deliciosa!
Los tordos, un ave de pequeño tamaño con un sabor similar a la codorniz, eran la estrella del menú. Imaginen brochetas de tordos asados, crujientes por fuera y jugosos por dentro, perfectas para comer al paso mientras se recorren las calles de la ciudad. Los romanos, ingeniosos como siempre, habían perfeccionado la técnica: capturaban las aves con redes, les extraían el esternón para aplanar el cuerpo y luego las asaban a la parrilla o las freían. ¡Una verdadera delicia para el paladar romano!
Pero la oferta gastronómica de las popinas no se limitaba a las aves. Restos de conejos europeos y pollos domésticos sugieren un menú variado y adaptado a los gustos de la época. Algunos platos, incluso, se servían en vajilla, demostrando que la comida rápida romana podía ser también elegante. Seis grandes ánforas incrustadas en una mesada, encontradas en el sitio de excavación, confirman la actividad de preparación y venta de alimentos en estas popinas.
Este descubrimiento en Mallorca no solo nos da una idea de los hábitos alimenticios de los romanos, sino que también nos revela la sofisticación y dinamismo de la vida urbana en aquella época. Productos de temporada, técnicas culinarias prácticas y una oferta adaptada a las necesidades de una población en constante movimiento. En muchos sentidos, los romanos se adelantaron a su tiempo, anticipando el modelo de comida rápida que hoy conocemos.
Así que la próxima vez que hagan una parada en su restaurante de comida rápida favorito, recuerden a los romanos y sus popinas. Quizá, en el fondo, no hemos cambiado tanto. La necesidad de una comida rápida, sabrosa y accesible es una constante a lo largo de la historia. ¿Quién sabe? Tal vez en el futuro, los arqueólogos desentierren nuestros restos de hamburguesas y patatas fritas, asombrándose de la "sofisticación" de nuestra comida rápida.
Fuente: El Heraldo de México