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12 de junio de 2025 a las 09:20

Paz en México: ¿Un sueño posible?

En tiempos de incertidumbre global, donde las noticias falsas se propagan a la velocidad de un clic, es crucial analizar con ojo crítico la información que consumimos, especialmente aquella que busca empañar la imagen de México en el escenario internacional. Recientemente, hemos presenciado un intento deliberado de vincular a nuestro país con disturbios sociales en ciudades estadounidenses, como Los Ángeles, insinuando una supuesta intervención desestabilizadora por parte del Estado mexicano. Estas acusaciones, vacías de sustento y rigor periodístico, se contradicen flagrantemente con la trayectoria histórica de México, un país profundamente comprometido con los principios de la paz, la no intervención y el pleno respeto al derecho internacional.

Esta narrativa distorsionada, amplificada por ciertos sectores mediáticos y políticos con agendas particulares, ignora convenientemente el sólido marco institucional que rige la relación bilateral entre México y Estados Unidos. Prueba de ello es la reciente visita del subsecretario Landau, quien, con una destacable visión estratégica, reafirmó los lazos de cooperación y buena vecindad que unen a ambas naciones. Esta visita, más allá de los titulares sensacionalistas, representa la continuidad de un diálogo constructivo y la voluntad de abordar conjuntamente los retos compartidos.

La relación México-Estados Unidos, una de las más complejas y dinámicas del mundo, se sustenta en una profunda interdependencia económica, social y cultural. Compartimos una extensa frontera, millones de familias entrelazadas y una historia de colaboración que se remonta a generaciones. Más de 38 millones de personas de origen mexicano residen en Estados Unidos, contribuyendo significativamente al desarrollo y la prosperidad de ese país. Su trabajo, su talento y su arraigo a los valores familiares enriquecen el tejido social estadounidense, demostrando la integración y el aporte positivo de la comunidad mexicana. Estados Unidos, fiel a su tradición de nación construida por migrantes, ha sabido acoger y brindar oportunidades a quienes buscan un futuro mejor, reconociendo el valor de la diversidad y la contribución de las diferentes culturas.

En el contexto político interno, ciertos sectores de la oposición han instrumentalizado temas nacionales e internacionales con fines electorales, priorizando el desgaste político sobre el bienestar común. Su estrategia se basa en la magnificación de problemas, la siembra de la desconfianza y la promoción de un discurso polarizante, sin proponer soluciones concretas. Este oportunismo político contrasta con la responsabilidad del gobierno de la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, enfocado en consolidar la paz, fortalecer la democracia y promover el desarrollo inclusivo. Su administración, heredera de una larga tradición pacifista, prioriza el diálogo, la justicia social y el respeto a los derechos humanos como pilares fundamentales para el progreso del país.

México, a lo largo de su historia, ha sido un bastión de la paz y la diplomacia. Desde la Doctrina Estrada hasta su activa participación en organismos internacionales, nuestro país ha promovido la resolución pacífica de conflictos y el respeto a la soberanía de las naciones. Hemos brindado asilo y refugio a miles de personas perseguidas por motivos políticos o humanitarios, demostrando nuestra solidaridad y compromiso con los derechos universales. Somos parte fundamental de tratados internacionales que buscan el desarme, la cooperación global y la prevención de conflictos, reafirmando nuestra vocación pacifista en el escenario mundial.

Si bien México enfrenta desafíos en materia de seguridad, estos no definen la esencia de nuestra nación. El gobierno de la Dra. Sheinbaum Pardo implementa una política de seguridad integral, con un enfoque social, preventivo y humanista, que busca abordar las causas estructurales de la violencia y promover la justicia social. México no exporta violencia; exporta cultura, cooperación y una firme convicción en la construcción de un mundo más justo y pacífico.

En este contexto de desinformación, es fundamental defender la verdad y promover una imagen de México basada en hechos, no en especulaciones malintencionadas. La relación con Estados Unidos es un activo estratégico que debemos preservar con responsabilidad y visión de futuro. México pacifista no es un simple eslogan, sino una política de Estado, una convicción nacional y una contribución activa a la estabilidad global.

Fuente: El Heraldo de México