La lucha por el reconocimiento de la identidad de género en Tamaulipas ha alcanzado un punto crítico. Más de 350 personas trans han tenido que navegar el complejo y costoso laberinto legal de los amparos para lograr el simple, pero fundamental, derecho de que sus documentos oficiales reflejen su verdadera identidad. Imaginen la carga emocional, el tiempo invertido y los recursos económicos destinados a un proceso que debería ser simple y accesible para todos. Cada amparo representa una historia de perseverancia, de lucha contra la burocracia y la discriminación, una batalla personal en un sistema que aún no reconoce plenamente sus derechos.

Celso Pérez Ruiz, al frente del colectivo “Tendremos Alas”, ha alzado la voz con fuerza y convicción, exigiendo al Congreso del Estado que deje de postergar la aprobación de la Ley de Identidad de Género. Esta ley, largamente esperada por la comunidad LGBT+, no es un capricho ni una concesión, sino un acto de justicia social que permitiría a las personas trans modificar su nombre y género legal sin tener que recurrir a la vía del amparo. Se trata de un paso fundamental hacia la igualdad y la inclusión, un reconocimiento a la dignidad humana y al derecho a la autodeterminación.

La iniciativa de reforma al Código Civil, presentada por la diputada Cynthia Jaime, representa una luz de esperanza en este panorama. Al permitir la corrección del acta de nacimiento primigenia, se estaría reconociendo la identidad social de las personas trans, eliminando la estigmatización y la discriminación que conlleva la discrepancia entre su identidad y sus documentos. Esta reforma no solo simplificaría un trámite burocrático, sino que tendría un impacto profundo en la vida de las personas trans, permitiéndoles vivir con autenticidad y plenitud.

Es inaceptable que Tamaulipas se encuentre a la zaga en materia de derechos humanos para la comunidad LGBT+. Las palabras de Pérez Ruiz resuenan con fuerza al denunciar la falta de voluntad política para avanzar en la progresividad de estos derechos. El principio de igualdad y no discriminación no puede quedar relegado a un segundo plano. Es urgente que los diputados asuman su responsabilidad y actúen con la celeridad y la determinación que esta situación demanda.

La inclusión social real no se limita al reconocimiento legal. Debe ir acompañada de un cambio de mentalidad, de una transformación social que abrace la diversidad y celebre las identidades de todas las personas. La reforma al Código Civil es un primer paso, pero es crucial que se implementen políticas públicas que promuevan la inclusión en todos los ámbitos, desde la educación hasta el empleo. Es necesario educar en la diversidad, sensibilizar a la sociedad y crear espacios seguros e inclusivos para las personas trans.

El llamado de Pérez Ruiz a avanzar como sociedad es un llamado a la empatía, a la comprensión y al respeto. Reconocer las identidades que existen y resisten en Tamaulipas es un acto de justicia, un paso hacia una sociedad más justa, igualitaria y diversa. La lucha por la identidad de género es una lucha por los derechos humanos, una lucha que nos concierne a todos y todas. Es tiempo de que Tamaulipas se sume a la vanguardia en la defensa de los derechos de la comunidad LGBT+ y construya un futuro donde todas las personas puedan vivir con dignidad y libertad.