Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Justicia

12 de junio de 2025 a las 09:10

Juana Hilda González, libre en caso Wallace.

Tras 19 años de encierro, Juana Hilda González respira de nuevo el aire de la libertad. La noche del 11 de junio, las puertas del Cefereso 16 en Morelos se abrieron para ella, marcando el fin de una larga y controvertida batalla legal en el llamado “Caso Wallace”. Su liberación, ordenada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), no solo representa una victoria personal, sino también un hito en la lucha contra la tortura y las violaciones al debido proceso en México.

La historia de Juana Hilda González es un crudo recordatorio de la fragilidad del sistema judicial y de cómo la búsqueda de justicia puede, a veces, desviarse hacia la injusticia. Acusada en 2006 por el secuestro y desaparición de Hugo Alberto Wallace, González fue sentenciada a 78 años de prisión. Casi dos décadas de su vida transcurrieron tras las rejas, marcadas por la incertidumbre y la lucha incansable por demostrar su inocencia.

La decisión de la SCJN, sin embargo, cambia radicalmente el curso de esta historia. El máximo tribunal del país determinó que las confesiones utilizadas para condenar a González fueron obtenidas bajo tortura y amenazas, violando sus derechos fundamentales. Este fallo no solo anula la sentencia previa, sino que también pone en tela de juicio todo el proceso judicial, dejando al descubierto las profundas fallas que lo plagaron.

La liberación de González ha sido recibida con júbilo por sus familiares y amigos, quienes nunca dejaron de creer en su inocencia. Para ellos, este momento representa el triunfo de la perseverancia y la esperanza en un sistema judicial que, a pesar de sus imperfecciones, aún puede corregir sus errores. Más allá de la celebración personal, la liberación de González tiene implicaciones trascendentales para el sistema judicial mexicano. La SCJN ha enviado un mensaje claro: la tortura no será tolerada y las pruebas obtenidas ilegalmente no tendrán cabida en un Estado de Derecho.

El Instituto Federal de Defensoría Pública (IFDP), que representó a González, ha calificado la resolución como un paso fundamental en la protección de los derechos humanos. El IFDP argumenta que este fallo sienta un precedente importante y debería aplicarse también a los otros acusados en el Caso Wallace, quienes, según la institución, sufrieron las mismas violaciones al debido proceso. Se abre así la posibilidad de que otros inocentes, atrapados en las redes de un sistema judicial fallido, puedan finalmente obtener la justicia que se les ha negado durante tanto tiempo.

El Caso Wallace, que conmocionó a la opinión pública en su momento, se convierte ahora en un caso de estudio sobre las deficiencias del sistema penal mexicano. La resolución de la SCJN no solo libera a una persona injustamente condenada, sino que también invita a una profunda reflexión sobre la necesidad de fortalecer las garantías individuales y erradicar prácticas como la tortura, que aún persisten en las sombras. Es un llamado a la justicia, a la verdad y a la construcción de un sistema penal que garantice los derechos de todos, sin importar la gravedad del delito imputado.

La historia de Juana Hilda González no termina con su liberación. Comienza una nueva etapa, llena de desafíos y de la necesidad de reconstruir una vida arrebatada. Su caso, sin embargo, deja una huella imborrable en la memoria colectiva y se convierte en un símbolo de la lucha por la justicia y la dignidad humana en México.

Fuente: El Heraldo de México