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12 de junio de 2025 a las 22:50

Escapó de la muerte por 10 minutos

El escalofriante relato de Bhoomi Chauhan nos hiela la sangre. Imaginen, llegar tarde al aeropuerto, un contratiempo que en nuestra vida cotidiana puede resultar frustrante, y que en esta ocasión se convierte en un regalo divino. Diez minutos, apenas diez minutos, la separaron de una tragedia inimaginable. La imagen de Bhoomi temblando, sin poder articular palabra, conmocionada por la noticia del destino que evitó, nos golpea con la fuerza de la realidad. Su agradecimiento a Ganpati Bappa, su dios protector, resuena con la intensidad de una segunda oportunidad. Una oportunidad que, lamentablemente, las otras 241 almas a bordo del AI171 no tuvieron.

El vuelo AI171, un Boeing 787 Dreamliner, símbolo de la tecnología aeronáutica moderna, se convirtió en una bola de fuego en cuestión de segundos. Despegó del Aeropuerto Internacional Sardar Vallabhbhai Patel a las 13:39, con la promesa de un viaje a Londres, con familias a bordo, con sueños, con proyectos, con vidas enteras por delante. Y en un instante, todo se desvaneció. El descenso abrupto, la colisión contra la residencia médica cercana a la facultad de Meghaninagar, la explosión que resonó en Ahmedabad… una secuencia de horror que quedará grabada en la memoria colectiva.

Las imágenes, captadas por cámaras de seguridad, muestran la brutalidad del evento. El avión, que momentos antes ascendía con la majestuosidad propia de estas aeronaves, cae como una piedra, desapareciendo tras una densa nube de humo negro. La explosión posterior, una llamarada que se eleva hacia el cielo, nos habla de la magnitud de la catástrofe. No solo se perdieron las vidas de los pasajeros y la tripulación, sino también las de personas que se encontraban en tierra, estudiantes, personal médico, vidas inocentes segadas por un destino trágico e inesperado.

Entre los escombros, una luz de esperanza: Vishwash Kumar Ramesh, un ciudadano británico de 40 años, sentado en el asiento 11A, logró sobrevivir. Su testimonio, conmovedor y desgarrador, nos da una idea del infierno que vivió. Rodeado de cuerpos, rescatado por los servicios de emergencia, Vishwash, con múltiples lesiones, resume la experiencia con una frase que nos parte el alma: “Había cuerpos a mi alrededor”. Ahora, en el Hospital Civil de Asarwa, lucha por su vida, un testimonio viviente de la tragedia.

La investigación del accidente se centra en dos hipótesis principales: una posible falla simultánea en ambos motores, o el impacto con aves durante el despegue. Pilotos experimentados, tras analizar los videos, coinciden en que el avión no logró la potencia necesaria para ganar altitud. Pero más allá de las explicaciones técnicas, queda la desolación, el dolor de las familias que perdieron a sus seres queridos, la conmoción de una ciudad entera, y la historia milagrosa de Bhoomi, un recordatorio de que a veces, el destino, por caprichoso o divino, nos da una segunda oportunidad.

Fuente: El Heraldo de México