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13 de junio de 2025 a las 02:35

Domina tu miedo a volar

El miedo a volar, conocido como aerofobia, afecta a una cantidad significativa de personas, impidiéndoles disfrutar de la experiencia de viajar en avión e incluso limitando sus oportunidades laborales y personales. Lejos de ser una simple aprensión, esta fobia puede manifestarse a través de intensos episodios de ansiedad, que comienzan mucho antes de abordar el avión y que pueden persistir durante todo el vuelo. Entender la raíz de este miedo y aprender a gestionarlo es fundamental para quienes lo padecen.

Según expertos en psicología, como el Dr. Sánchez Gutiérrez de la UAM, gran parte del problema reside en el manejo del pensamiento. Los pensamientos negativos, catastrofistas y recurrentes sobre posibles accidentes o fallas mecánicas alimentan la ansiedad y generan una espiral de miedo que se intensifica a medida que se acerca el momento del vuelo. Por ello, una de las claves para controlar la aerofobia es aprender a gestionar estos pensamientos. Distraer la mente con actividades placenteras, enfocarse en la lectura, escuchar música o conversar con un compañero de viaje son estrategias que pueden ayudar a desviar la atención de los pensamientos negativos y reducir la ansiedad.

La respiración también juega un papel crucial en el manejo de la ansiedad. Las técnicas de respiración profunda, inhalando lentamente por la nariz y exhalando por la boca, ayudan a oxigenar el cerebro y a disminuir la descarga adrenérgica, responsable de las manifestaciones físicas de la ansiedad, como la taquicardia, la sudoración y la dificultad para respirar. Practicar estas técnicas de respiración de forma regular, incluso fuera de situaciones de estrés, puede ser muy beneficioso para quienes sufren de aerofobia.

Es importante destacar que la intensidad de la ansiedad puede variar considerablemente entre las personas. Mientras que algunos experimentan una leve inquietud, otros pueden sufrir ataques de pánico con síntomas físicos incapacitantes. En casos severos, la ayuda psicológica profesional es fundamental. Un terapeuta puede ayudar al paciente a identificar las causas subyacentes de su fobia, a desarrollar mecanismos de afrontamiento más efectivos y a aprender técnicas de relajación y manejo del estrés. La terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, ha demostrado ser muy eficaz en el tratamiento de la aerofobia, ayudando a los pacientes a modificar sus patrones de pensamiento y a desarrollar respuestas más adaptativas ante las situaciones que les generan miedo.

Además de las estrategias mencionadas, existen otras herramientas que pueden complementar el tratamiento de la aerofobia. Algunos pasajeros encuentran alivio en la información. Conocer el funcionamiento de los aviones, las medidas de seguridad implementadas y las estadísticas sobre la seguridad aérea puede ayudar a racionalizar el miedo y a reducir la incertidumbre. También existen aplicaciones móviles y programas de realidad virtual que simulan la experiencia de volar, permitiendo a los pacientes enfrentarse gradualmente a sus miedos en un entorno controlado.

En definitiva, la aerofobia es un problema real que puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Sin embargo, existen herramientas y estrategias que pueden ayudar a controlar la ansiedad y a disfrutar de la experiencia de volar. Desde técnicas de respiración y manejo del pensamiento hasta la terapia psicológica y la realidad virtual, las opciones son diversas y se adaptan a las necesidades individuales de cada persona. Lo importante es buscar ayuda y no dejar que el miedo limite nuestras posibilidades.

Fuente: El Heraldo de México