¿Clara de huevo o huevo entero? Esa es la cuestión que ha rondado por las mentes de muchos preocupados por su salud y figura. Durante años, la yema ha sido demonizada, acusada de elevar el colesterol y sabotear nuestras dietas. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? La dietista registrada Ann E. Redwine, del prestigioso UTHealth Houston School of Public Health, nos ilumina con su conocimiento y desmiente algunos mitos arraigados.

Según Redwine, la creencia popular de que consumir solo la clara es más saludable carece de fundamento científico. De hecho, desechar la yema nos priva de una fuente inmensa de nutrientes esenciales. Mientras que la clara se compone principalmente de proteína y agua, la yema es un tesoro nutricional que contiene la mayoría de las vitaminas, minerales, antioxidantes y grasas saludables del huevo.

Imaginen un cofre repleto de tesoros: vitamina D para fortalecer nuestros huesos, vitamina B12 para la energía celular, colina para la salud cerebral, y luteína y zeaxantina, antioxidantes que protegen nuestra vista. Todo esto, junto con ácidos grasos esenciales, se encuentra en la yema, esa parte que muchos descartan sin pensarlo dos veces.

Redwine insiste en que no existe evidencia que justifique limitar el consumo de huevos enteros en personas sanas. Al contrario, recomienda incorporarlos a nuestra dieta como una fuente completa de proteínas de alta calidad y nutrientes vitales. Un solo huevo nos aporta 71 calorías y 6.3 gramos de proteína, una combinación perfecta para saciarnos y mantenernos energizados.

Es cierto que la yema contiene colesterol, pero estudios recientes han demostrado que el colesterol dietético tiene un impacto mucho menor en los niveles de colesterol en sangre de lo que se creía anteriormente. Factores como la genética y el consumo de grasas saturadas y trans juegan un papel mucho más importante.

Entonces, ¿por qué privarnos de todos los beneficios que nos ofrece el huevo entero? En lugar de separar la clara y desechar la yema, Redwine nos anima a disfrutar del huevo en su totalidad, ya sea frito, revuelto, poché o cocido. Incorporémoslo en nuestros desayunos, almuerzos o cenas, y aprovechemos al máximo su potencial nutricional.

Eso sí, como con todo alimento, la moderación es clave. Una dieta equilibrada y variada, combinada con un estilo de vida activo, son la base de una buena salud. No se trata de demonizar ningún alimento, sino de aprender a combinarlos de manera inteligente para nutrir nuestro cuerpo de la mejor forma posible.

Así que la próxima vez que te enfrentes a la disyuntiva de ¿clara o huevo entero?, recuerda las palabras de la experta Ann E. Redwine y no dudes en disfrutar de este superalimento en toda su plenitud. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!