
12 de junio de 2025 a las 19:15
Apellido español en peligro: ¿desaparecerá?
La historia de un apellido a punto de desvanecerse es como la de un hilo fino que se resiste a romperse. Imaginen la trama de un tejido antiguo, con sus hilos entrelazados contando historias de generaciones pasadas. Así es la historia del apellido Droguet, un nombre que evoca la delicadeza de un tejido y que, paradójicamente, se encuentra al borde del deshilachado, con apenas 30 personas portándolo en toda España.
Su origen nos transporta a la Cataluña industrial, a un tiempo en que el ruido de los telares resonaba en las calles y el aroma de las fibras naturales impregnaba el aire. Droguet, derivado del nombre de un tejido fino y preciado, era sinónimo de calidad y distinción. Quienes lo llevaban eran herederos de una tradición textil, artesanos y comerciantes que contribuyeron al florecimiento económico de la región. Visualicen las manos expertas que trabajaban el droguet, creando prendas elegantes y duraderas, piezas que seguramente vistieron personajes ilustres y familias adineradas. Cada puntada, cada metro de tela, representaba no solo un oficio, sino también un legado familiar que se transmitía de generación en generación, junto con el apellido que lo identificaba.
La decadencia de la industria textil, la globalización y la evolución de las modas fueron desplazando poco a poco la producción de este tejido, relegándolo a un recuerdo del pasado. Y con el declive del tejido, también se fue diluyendo la presencia del apellido Droguet. Pero el problema no se limita a la desaparición de un oficio. La tradición española de priorizar el apellido paterno ha contribuido significativamente a la pérdida de apellidos maternos como Droguet. A pesar de que la ley actual permite elegir el orden de los apellidos, la costumbre persiste, y con cada nueva generación, la probabilidad de que Droguet se transmita disminuye. Es como si con cada nacimiento, un hilo de ese tejido ancestral se fuera cortando, debilitando la estructura hasta el punto de la ruptura.
Treinta personas. Una cifra que resuena con la fragilidad de la memoria. Treinta individuos son los últimos portadores de un legado que se remonta siglos atrás. Treinta guardianes de una historia tejida con hilos de tradición, esfuerzo y elegancia. ¿Qué sucederá cuando el último de ellos desaparezca? ¿Se perderá para siempre el recuerdo del tejido droguet y de las familias que lo elaboraron?
La historia de Droguet nos invita a reflexionar sobre la importancia de preservar nuestro patrimonio cultural. Los apellidos no son meras etiquetas, sino huellas que nos conectan con nuestras raíces, con los oficios y las historias que nos precedieron. Son un recordatorio de que formamos parte de una cadena generacional, y que cada eslabón es fundamental para mantener viva la memoria colectiva. La desaparición de un apellido, por pequeño que parezca, es una pérdida para todos, una grieta en el tapiz de nuestra identidad cultural. Es un llamado a la acción, a tomar conciencia de la importancia de preservar estas pequeñas piezas de historia antes de que se desvanezcan para siempre, como hilos sueltos en el viento.
Fuente: El Heraldo de México